miércoles, 7 de marzo de 2012

NO HACEN FALTA ALAS



"Desde el día que me alumbra,
hijo me llama la muerte
y así repite mi suerte
entre penumbra y penumbra.
Pero la luz me deslumbra
y siento afán de guardarla,
de rehacerla y sembrarla
para que nazcan ventanas.
Y salgo a fundar mañanas
pese a la muerte y su charla"

Silvio Rodríguez




Probablemente me encuentro ante el texto mas inasible, un texto sin puntas, comienzo o final, del cual sostenerse. Es un texto cargado de ausencias, de dudas, con ganas de ser etéreo a veces, otras crudo y mundano. Pienso que no estoy listo pero me doy cuenta que nunca podría estarlo, así que lo mismo da. Este tiempo no existe, está succionado del espacio como un agujero negro, la gravedad de la situación es tal que todo se comprime a un punto tan chiquito que nada cabe en él, todo es poco, mucho es nada. El corazón me apuñala, mi cerebro es fútil. Ser fuerte es un eufemismo para apenas alcanzar a ser, porque en estos días hasta cuesta existir, mantenerse integrado al mundo, a los que quedan, que son muchos y buenos. Este barco sufrió la peor tormenta, chocó contra el mas frío iceberg, el bote salvavidas en el que me encuentro tampoco tiene el mejor aspecto, va a haber que parchearlo y eso va a llevar tiempo y dolor. El capitán de este barco ha muerto, era además mi hermano y mi mejor amigo, como muchos sabrán, era Coqui, era Juan Carlos, era. El humillante accidente ferroviario sucedido en Buenos Aires nos lo arrancó junto a cincuenta vidas más. Nos lo arrancó de cuajo, sin aviso, de la peor manera. Y a pesar de ser él un tipo que sabía acerca de esto de la no garantía de prácticamente nada, nadie mas hubiera apostado que su vida podía terminar así. El hecho, que casi nadie, afortunadamente, pasa por alto, es que sólo su vida biológica se truncó. Ahora comienza otro buen camino, y quienes conocen la filosofía de este espacio, puntualmente la de Juan Carlos y la mía, sabrán que no me refiero a nada espiritual. Arriesgo a pensar que no le hubiera gustado ir a ningún lado al que no pudiera llevar su cuerpo, así que si de viajar ligero de equipaje se trata, no hubiera escatimado en ideas. ¿Y qué mejor que convertirse en una idea? En una pregunta que no se detiene, en una posible respuesta aquí y allá, en un rastro cósmico, en cultura ardiente, en un meme vivaz. En el cielo, los pajaritos! El otro día hablaba con mi hermano Fernando, y me comentaba una inquietud, sobre lo imposible de concebir la extinción total de una mente tan destacada. Yo respuesta no tengo mas allá que le di una escueta opinión acerca de la suficiencia de simplemente trascender. Quizá no sea importante que fué del fósforo cuando tantas hogueras ya arden, y mas cuando sus chispas crepitan y saltan encendiendo nuevos fuegos. Quizá el fuego inextinguible es la respuesta, el fósforo es un elemento más, que se oxida emitiendo luz. Cumple su función y luego vuelve a la tierra. Hay funciones y funciones, algunas pocas son para el aplauso de pie, ésta es una ellas: BRAVO HERMANO! No habrá cintas negras en este espacio. Con todo el dolor que cargo, con lo difícil que es y será, con remos rústicos y piratas borrachos sin capitán, con viento en contra y un mar embravecido, este barco no se hundirá, ¿Quién lo hubiera imaginado? Vos que no creías en ningún dios, convertirte en uno, Poseidón tiene una nueva encarnación y sopla para los amigos: Ya soltamos amarras, las velas se hinchan y se encienden, echando luz sobre la oscuridad venidera, iluminando nuestro tiempo y provocando un minúsculo destello, que a la distancia mas inimaginablemente lejana, va dejando una señal de nuestro paso por este extenso camino evolutivo, un brevísimo parpadeo en la totalidad de la visión de un universo ciego que nos es humanamente indiferente. Nuestra oportunidad es ahora. Ya sentimos la brisa en la cara, signo que avanzamos directo hacia una nueva aventura…la aventura de existir!
Tan jóvenes y tan viejos, muera la muerte!




Saludos

Facundo


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