viernes, 28 de enero de 2011

Una canción más que especial -Karel García-


"Porque una flor es la prueba, de que en medio de lo triste,
lo sensible se renueva."

-Karel García-





LO SENSIBLE SE RENUEVA


Bueno, este blog ya andaba necesitando una dosis de música y, es por eso, que traigo una de las canciones con discurso más realista, entre las tantas que conozco.
Esta vez, el súper citado en este espacio, Silvio Rodríguez, acompaña al también cubano, Karel García, quien es el autor de esta genialidad de canción.

Me resulta inevitable no aprovechar la ocasión para adjuntar una breve reflexión sobre un punto en particular.
Seguramente habrá quienes, quizás por deporte, interpreten la letra relacionándola con la situación sociopolítica de la isla, como si los artistas cubanos sólo hablasen de eso. Sinceramente, no se qué fue lo que inspiró al autor a escribirla, pero en mi opinión, su contenido se sumerge en lo profundo de la condición humana, y lo hace recurriendo a la herramienta más complicada que existe para describir algo tan complejo, o sea, la simpleza.
Dicho esto, me gustaría detenerme en la frase la verdad no existe, que en la canción está perfectamente contextualizada y reforzada por la estrofa que le sigue. Sin embargo, es una frase que con mucha frecuencia se la suele utilizar para justificar cualquier tipo de ilusorias sandeces totalmente fuera de contexto.
Afirmar que la verdad no existe, es evidente, que es una contradicción, ya que si lo hago, estoy diciendo que es verdad que la verdad no existe, por lo tanto, si ese precepto es cierto, entonces la verdad ya existe.
Esto me recuerda a la frase dios es omnipotente y aquello de ¿y entonces cómo hace para crear una piedra tan pesada que no pueda levantar? O una cosa o la otra, pongámonos de acuerdo en eso.
Hay verdades (“razones con bastante fundamento” dice la canción) que existen y nos sirven para vivir. Una piedra, puede que sea “mentira” que sea una “piedra”, pero es verdad que es lo que es, y si es muy pesada y nos cae en la cabeza, nos morimos de cajón.
Sólo eso, espero les guste la canción


Saludos


Juan Carlos




video confeccionado por : Limonade




Somos madero en deriva dentro y fuera de la costa,
somos bardos sin silencio con algunas libertades,
porque todo prisionero, de sí mismo extrae verdades,
aunque la verdad no existe.

Somos algunas razones con bastante fundamento,
somos lo que busca, a tientas, un futuro que persiste
en dejarnos como atados, no en mostrarnos como libres,
pues la libertad no existe.

Somos parte de los pasos de la historia cotidiana,
somos como una ventana
que espera que un ojo mire para anunciar su mañana.

Como una veleta nueva que no sabe dirigirse,
porque siempre los caminos,
son pocos para escogerse y largos para seguirse.

Somos piedra sobre piedra, piedras de generaciones,
que actuamos como mortales y pensamos como flores,
porque una flor es la prueba, de que en medio de lo triste,
lo sensible se renueva.



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viernes, 21 de enero de 2011

10.000 A.C. - Facundo Alonso -



"Yo quise imaginarme,
como tú en tu canción,
que aún queda la inocencia
de creer en la existencia
de un dios sin religión.
Yo quise imaginarme
infiel a la lección
que afirma que la vida
es sólo un viaje de ida
a ninguna estación."


-Luis Eduardo Aute-


"LA VIOLACION DE LA FE ES 10.000 VECES PEOR QUE LA VIOLACIÓN DE UNA HIJA"

En estos días, circuló por los medios una noticia sobre un llamativo caso ocurrido en la provincia de Mendoza, en el cual un cura interrumpió un show humorístico por sentirse ofendido en su fe por lo que en este se decía, y obligó a que los humoristas continuaran con “otra cosa” pero que desistieran de seguir con ese número. El hecho fue filmado, lo que ayudó en su circulación y, para colmo, en declaraciones radiales posteriores, el cura soltó la frase “la violación de la fé es 10.000 peor que la violación de una hija”. Re interrogado ya no por el hecho, sino por sus pocos felices dichos, dijo haber sido sacado de contexto (si es que algo así puede ser sacado de contexto) y reformuló su pensar diciendo que “tanto la violación de la fé como la violación de una hija son hechos aberrantes”. Obviamente, una indignación total brotó por todos lados y el debate siguió enriqueciéndose cuando se empezó a hablar de la situación de la iglesia católica en aquel pueblo de Mendoza, ya que algunos de sus habitantes hicieron saber que este no era un caso aislado, sumado el hecho de que en el video se escucha claramente a gente aplaudir cuando el cura toma el escenario y hace su “gracia”.

Hasta acá, perfecto, alguien como yo debe estar conforme con que un tema así salga a la luz y se debata. Pero no es así. Me indigna, casi tanto como lo que dijo el cura, oir gente decir “que horror! Este tipo no representa a MI iglesia” o  “a MI dios” y cosas por el estilo. Señores y señoras, este tipo representa casi fielmente tanto a la iglesia católica como a dios mismo. Que uno haya desviado sus creencias hacia tierras extrañas, como es el común de mucha gente (lo que en realidad hace que dejen de ser tierras extrañas) o como en mi caso, común también, durante mi transición al ateísmo, que yo decía la repetida frase: “creo en dios pero no en la iglesia”, no hace que la palabra de dios o de la iglesia cambien. Frases como “Dios es amor” o “Ama a tu prójimo” son sólo marketineros y modernos memes que funcionan pero la realidad dice otra cosa, yo haría la siguiente corrección: “El Dios del nuevo testamento es bueno comparado al del antiguo testamento” y “Ama a tu prójimo sólo si tu prójimo es judío” (este era el original significado de la frase en su contexto, investiguen).
Para sustentar mi personal indignación, pongo aquí un fragmento del libro “El espejismo de DIOS”, de Richard Dawkins, en el que nos queda un poco mas claro por qué este cura, en realidad, está siendo mas sinceramente católico que mucha gente que se digna de tal pero se indigna con tales ideas.  

“En la destrucción de Sodoma y Gomorra, el equivalente de Noé, escogido para ser salvado con su familia porque él era correcto en forma única, fue Lot, el sobrino de Abraham. Dos ángeles masculinos fueron enviados a Sodoma para advertirle a Lot que saliera de la ciudad antes de que llegase el azufre. Lot le ofreció hospitalidad a los angeles en su hogar; alrededor del cual todos los hombres de Sodoma se reunieron y le demandaron a Lot que entregase a los ángeles para que ellos pudiesen (¿qué más?) sodomizarlos: “¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos” (Génesis 19:5). La gallardía de Lot al rehusarse a las demandas sugiere que Dios estaba tramando algo cuando lo escogió a él como el único hombre bueno en Sodoma. Pero el halo de Lot es empañado por los términos de su negativa: “Os ruego hermanos míos, que no hagáis tal maldad. He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré fuera, y haced de ellas como bien os pareciere; solamente, que a estos varones no hagáis nada, pues que vinieron a la sombra de mi tejado.” (Génesis 19:7-8) Cualquier cosa adicional que este relato pueda significar, con toda seguridad nos dice algo sobre el respeto que era acordado a las mujeres en esta cultura intensamente religiosa. Como ocurrió, la barata transacción que hizo Lot con las virginidades de sus hijas, probó ser innecesaria, porque los ángeles tuvieron éxito en repeler a los atacantes al milagrosamente volverlos ciegos;  y luego le advirtieron a Lot que partiera de inmediato con su familia y sus animales, porque la ciudad estaba a punto de ser destruida. Todos escaparon, con la excepción de la desafortunada esposa de Lot, a quien el Señor convirtió en una columna de sal porque ella cometió la ofensa—comparativamente benigna, hubiera pensado uno—de echar un vistazo sobre su hombro a la exhibición de fuegos artificiales.
Las dos hijas de Lot hacen una breve reaparición en el relato. Después que su madre
es convertida en una columna de sal, ellas vivieron con su padre en una cueva en lo alto de una montaña. Hambrientas de compañía masculina, ellas decidieron emborrachar a su padre y copular con él. Lot no se dio cuenta cuando su hija mayor llegó a su lecho, ni cuando ella partió, pero él no estaba lo suficientemente borracho como para no embarazarla. La noche siguiente, las dos hijas acordaron que era el turno de la más joven. De nuevo, Lot estaba demasiado ebrio para darse cuenta, pero también la embarazó. (Génesis: 19:31-36). Si esta familia descarriada era la mejor que Sodoma tenía para ofrecer como ejemplo de moralidad, algunos pueden comenzar a sentir cierta simpatía por Dios y su azufre justiciero.
Existe un escalofriante eco del relato de Lot y los sodomitas en el capítulo diecinueve
del Libro de los Jueces; donde un Levita (sacerdote) no identificado, estaba viajando con su concubina en Gibea. Ellos pasan la noche en la casa de un hospitalario
anciano. Mientras ellos estaban comiendo su cena, los hombres de la ciudad llegan y golpean a la puerta; demandándole al anciano que entregue a su invitado masculino
“para que ellos puedan conocerlo”. En casi exactamente las mismas palabras de Lot,
el anciano dijo: “No, hermanos míos, os ruego que no cometáis este mal; ya que este
hombre ha entrado en mi casa, no hagáis esta maldad. He aquí mi hija virgen, y la concubina de él; yo os las sacaré ahora; humilladlas y haced con ellas como os parezca, y no hagáis a este hombre cosa tan infame” (Jueces 19:23-24). De nuevo, el carácter fundamentalmente misógino de esta cultura aparece, fuerte y claro. Yo encuentro la frase: “humilladlas”, particularmente escalofriante. Disfruten humillando y violando a mi hija y a la concubina del sacerdote, pero muestren el debido respeto por mi invitado quien es; antes que nada, macho. A pesar de la similaridad de los dos relatos el dénouement [Francés: desenlace] fue menos feliz para la concubina del Levita que para las dos hijas de Lot. El Levita la entregó a la turba, la que la violó en grupo toda la noche: “Por lo que tomando aquél hombre a su concubina, la sacó; y entraron en ella, y abusaron de ella toda la noche hasta la mañana, y la dejaron cuando apuntaba el alba. Y cuando ya amanecía, vino la mujer, y cayó delante de la puerta de la casa de aquel hombre donde su señor estaba, hasta que fue de día”. (Jueces 19:25-26). En la mañana, el Levita halló a su concubina yaciendo postrada en la entrada y dijo—en una forma que nosotros hoy podríamos ver como una abrupta insensibilidad—“Levántate, y vámonos”. Pero ella no se movió. Estaba muerta. Así que él “Tomó un cuchillo y echó mano de su concubina, y la partió por sus huesos en doce partes, y la envió por todo el territorio de Israel”. Sí, usted leyó correctamente. Vea Jueces 19:29. Atribuyámoslo caritativamente; de nuevo, al ubicuo absurdo de la Biblia. Este relato es tan similar al de Lot, que uno no puede evitar preguntarse si un fragmento de manuscrito accidentalmente fue colocado en el lugar equivocado en un largamente olvidado scriptorium: una ilustración de los erráticos orígenes de los textos sagrados.”

Está claro que los peores castigos se lo llevaron la mujer de Lot, por desobedecer a dios y mirar atrás; y por otro lado, la hija del sacerdote que terminó como William Wallace descuartizada a lo largo y ancho de un país, y lo mejor de todo: GRATIS (bueno, no tan gratis, no estaría siendo sincero si no dijera que esto tenía un buen motivo: provocar una venganza, la cual tuvo éxito porque el asunto terminó con una ola de venganzas y 60.000 muertos. Ver capitulo 20 del libro de los jueces).
Aquí el video con el hecho, las declaraciones posteriores y el breve número censurado (originalmente creado e interpretado por los geniales Les Luthiers)
¿Es tan incoherente entonces este REVERENDO HIJO DE PUTA? Yo creo que es una oportunidad mas para reveer nuestras creencias.






 
Saludos

Facundo

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domingo, 16 de enero de 2011

Cuanto mas conozco a mi perro, más quiero a las personas. - Juan carlos Alonso-


"Doña Disparate llama a los bomberos,
a la policía y al sastre y al cura,
pero cuando llegan todos,
el perrito esta muy contento bailando la rumba."

-María Elena Walsh- (In memorian)





¿CUANTO MAS CONOZCO A LAS PERSONAS, MÁS QUIERO A MI PERRO?




Un par de noches atrás, mientras me hallaba concentrado en un asunto en el ordenador, una de las perras que vive en casa empezó de repente a ladrar. El monótono e insistente ladrido, cumplía bastante bien con su función principal, que era la de defender el territorio ante los otros dos perros que comparten entorno con ella. Sin embargo, también desempeñaba una función extra, pero ésta, más que bastante bien, se podría decir que la ejercía a la perfección. Logró que yo de inmediato me desconcentre y, a los pocos segundos, me fastidie. Fue entonces cuando acudí a incitarla a que se calle arrojándole un chorro de agua, ya que decirle ¡callate! (aunque a veces lo haga) no tiene ningún sentido, debido a que la pobre perra es sorda. Al volver al ordenador, tal vez, para canalizar mi fastidio por la desconcentración, fue que mediante una humorada, se me ocurrió jugar irónicamente con las palabras y puse en el muro de facebook:
“Cuanto más conozco a mi perro, más quiero a las personas”
A partir de algún comentario pro-perruno en respuesta a la publicación por parte de una querida amiga, es que recordé viejas discusiones con diferentes personas en lo que respecta a este tema y decidí, a través de este post, desenmascarar lo que subyace en la conocida y trillada frase:
“Cuanto más conozco a las personas, más quiero a mi perro” ya que de esta manera, por más que en principio no parezca significativo, podremos develar, por un lado, como nos relacionamos con los perros y, por el otro, qué es lo que esperan de las demás personas los que gustan tanto de repetir esta frase casi mecánicamente.
Para empezar, debemos tener en cuenta que con los perros utilizamos estándares de valoración, en cierta media, similares a los que utilizamos con las personas. Esto quiere decir: Cuando vemos un cachorrito cualquiera, nos enternece; cuando vemos un perro lindo, nos gusta; cuando es uno de “raza” o con pedigrí, nos llama especialmente la atención; cuando nos topamos con uno enfermo o hambriento, nos da pena; cuando uno nos amenaza, le tememos; o bien, cuando vemos a un perro común caminar por la calle, simplemente, lo ignoramos. Otra característica, es que también solemos sentir más afecto por “nuestros” perros y los de nuestros familiares o amigos, que por los de cualquier otra persona.
Ahora bien ¿Por qué escribí nuestros entre comillas? La respuesta a esta pregunta es la punta del ovillo del cual, si tiramos de ella, se empieza a desenredar esta enmarañada cuestión.
Al utilizar el posesivo y decir nuestro perro, no lo hacemos sólo de manera referencial como cuando lo utilizamos con la personas. Yo puedo decir: Tal es mi hermano, mi amigo o mi vecino y, en función de esa premisa, mi hermano puede decir que yo soy su hermano, mi amigo que yo soy su amigo y mi vecino que soy su vecino. O sea el posesivo ejerce sobre un eventual calificativo. En el caso del perro, lo utilizamos directamente sobre el sustantivo o sujeto.
La cuestión es que nosotros decimos “mi perro” y el perro no puede decir absolutamente nada, eso está más que claro. Pero qué pasa si nos preguntamos, por ejemplo ¿Qué seríamos nosotros para el perro? Pasa que de manera casi inevitable y, sin pensarlo, surgen de nuestros labios palabritas tales como “dueño” o “amo”. Si lo pensamos un poco más, nos damos cuenta que, no siempre, pero en muchos casos, incluso pagamos una suma de dinero por hacernos de ellos ¿…? Un momento. ¡Acá hay perro encerrado!
Este breve análisis surgió a partir de aquellos que suelen comparar de manera muy liviana a la gente con los perros. Acabo de mencionar sólo un par de simples y básicos detalles que hacen a nuestra relación con lo perros. Si estos mismo detalles los aplicamos a la gente, es muy probable que en siglos anteriores, más allá de ser aberrantes, hubiesen pasado desapercibidos como algo normal, pero a día de hoy
¿No se trataría de una actitud esclavista?
No claro, a los perros no los explotamos haciéndolos trabajar (bueno, salvo algunas excepciones)
Entonces ¿Qué es lo que hacemos con los perros?
Los alimentamos, les brindamos un lugar para dormir seguros, jugamos un rato con ellos, los vacunamos, los sacamos a pasear, los adiestramos, en la medida que podemos, para que nos hagan caso, les hablamos, los bañamos, a veces los hacemos tener cría y, cuando lo consideramos molesto, los castramos o los aislamos, les cortamos el pelo, etc.
Es muy probable que el perro sólo espere de nosotros el alimento y un poco de atención, nada más. El resto es cosa humana y los perros no tienen la capacidad cognitiva de comprenderlo por más que muchas personas insistan en atribuirle humanización a diferentes aspectos de su comportamiento. Si un perro va en busca del palito que le arrojamos y lo trae “alegremente” no es porque se siente feliz de ser parte de un juego, al menos de la manera en que lo entendemos nosotros, es muy posible que lo haga mecánicamente a partir de una conducta adquirida ancestralmente de la época en que nuestros antepasados le arrojaban a los lobos los huesos con restos de carne para que se alejen de la fogata. Lo que habría que ver, es si nuestro comportamiento en ese juego es igual de mecánico por los mismos motivos o sólo lo hacemos porque disfrutamos al ver como controlamos fácilmente los movimientos del perro.
La actitud esclavista o de dominio humano al animal no le importa, él reconoce y es más funcional o condescendiente con quién le da de comer, incluso si éste, para que le obedezca, lo maltrata. En lo personal, no estoy de acuerdo con estas prácticas porque independientemente que al perro le importe o no, al impartírsele un golpe, en ese momento, es evidente que le duele y lo sufre, pero así y todo, nadie puede negar que pasado el castigo, el perro mantiene su “fidelidad” respondiendo a quien lo maltrató.
Lo que quiero decir con esto y, para terminar, es que si vamos a comparar a los perros con las personas en cuanto a su comportamiento, la gente que repite la famosa frasecita, si es sensata, debería reconocer que en realidad lo que más les gusta de los perros es cuando les hacen compañía, cuando son dóciles, cuando los obedecen, cuando son cariñosos (sin que haya sexo de por medio), o bien, cuando los escuchan hablarles y no les contestan. Entonces, si afirman que cuanto más conocen a las personas más quieren a “su” perro, la pregunta que responde a esta cuestión es…
¿Cómo quieren que sean el resto de las personas para ser queribles?


Algunas aclaraciones para evitar malas interpretaciones: Me gustan los perros en general, interactúo con ellos y les suelo brindar afecto, sin embargo la palabra amor me sigue sonando grandilocuente y hasta hipócrita en este tipo de relaciones. Más allá que la mayor parte de mi vida conviví con perros jamás fui el “dueño” de ninguno de ellos. La perra en cuestión es la de la foto y se llama Abril. Sí, supertierna...¡porque las fotos no ladran!

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sábado, 8 de enero de 2011

Ateismo. Una breve historia del descreimiento -Jonathan Miller-


"Hoy continué tomando rumbo a mi región,
con dulce látigo de abeja en la conciencia.
Hoy me perdí amar con planificación,
pero gané a lo que partió con la prudencia."

-Silvio Rodríguez-




DANIEL DENNETT


En varias oportunidades, cuando charlamos con amigos o allegados, podemos notar con cierta frecuencia, que al abordar temas que están relacionados con cuestiones filosóficas, se suelen citar o fundamentar opiniones a partir del pensamiento de filósofos que, no sólo hicieron historia, sino que directamente “ya son historia”. Esto tiene su lógica, ya que para los que no somos especialistas, resulta más sencillo analizar el pensamiento de esta gente cuando ya han pasado muchos años y tenemos algunas certezas sobre sus aciertos como así también de sus errores. Sin embargo, la filosofía es algo que en muchos casos suele adelantarse a su época y, es por eso que me parece importante que también prestemos atención a lo que los filósofos y pensadores actuales están diciendo. Como analogía y, sobre todo en esta parte del mundo, a veces me llama mucho la atención, en materia de psicología, como aún mucha gente e incluso lo medios de comunicación siguen hablando de Freud, como si se tratase de una autoridad actual desconociendo por completo toda la evidencia que juega en su contra.
Es por esto que hoy traemos aquí a uno de los filósofos contemporáneos más destacados y, en lo personal, un excelente referente. El estadounidense Daniel Dennett es entrevistado por el multifacético Sir Jonathan Miller y nos deja algunas opiniones interesantes sobre cuestiones tale como la religión, el alma y la conciencia. esto es sólo el comienzo de una serie de entrevistas a importantes penrsonalidades que a su debido tiempo iremos publicando


Saludos

Juan Carlos




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lunes, 3 de enero de 2011

La vida en miniatura -Documental-



"Yo fui una vez lo nuevo"

-Silvio Rodríguez-





INVASIÓN DE LA TIERRA


En un post publicado en este blog el año pasado, a través de la serie documental El planeta milagroso, vimos como fue que las primeras especies marinas se lanzaron a conquistar la tierra. Hoy, en cambio, traemos mediante este material llamado La vida en miniatura del genial David Attenborough, las fascinantes criaturas que hoy conviven con nosotros sobre la tierra firme y que aún conservan su estructura morfológica similar a la de sus antepasados que vivían en el mar.
Entre una cantidad enorme de comportamientos asombrosos, podremos sorprendernos al ver como un ciempiés caza hábilmente a un murciélago o también, la manera extraña en que se aparean dos babosas, a tal punto, que han captado la sensibilidad de un poeta.
El hecho de ver y aprender las conductas que estos pequeños animales son capaces de adoptar, tal vez nos haga tomar conciencia de nuestra dimensión y no nos crearnos tan “grandes”, independientemente que por otras cuestiones lo seamos.
Espero les resulte de su agrado.

Saludos





Juan Carlos







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