jueves, 23 de diciembre de 2010

Un deseo muy especial para estas Fiestas. El Replicador de Sueños-


"Yo te deseo,
te canto y te creo
tanto que no veo
más porvenir que el fuego.
Yo seré el brazo
que te empuñará."

-Silvio Rodríguez-



Al igual que a fin de año pasado, este mes, queríamos dejarles nuestro saludo y nuestros deseos para el nuevo año que comienza. Para ello confeccionamos este breve video que esperamos sea de su agrado y, también, como es época de ragalos, extrajimos este fragmento del excelente libro Destejiendo el arcoiris de Richard Dawkins, el cual nos pareció de lo más atinado para discernir sobre este tema en tan promocionada fecha destinada para la reflexión.

Saludos y buen año para todos!




Facundo y Juan Carlos













DESTEJIENDO EL ARCOIRIS (Fragmento)


"La credulidad es la debilidad del hombre, pero la fuerza del niño."

Charles Lamb - essays of Elia- (1823)





... Ayudados por el prestigio de la televisión y la prensa, la astrología, el paranormalismo y las visitas de extraterrestres gozan de una vía interna privilegiada hacia la conciencia popular. Si estoy en lo cierto en cuanto a que esta tendencia explota nuestro apetito natural y laudable de maravilla, tenemos aquí, paradójicamente, terreno para el estímulo.
Debería conformarnos pensar que, puesto que el apetito de maravilla es alimentado de manera mucho mas satisfactoria por la ciencia real, combatir la superstición tendrá que ser un simple asunto de educación . Pero sospecho que existe una fuerza adicional operante que puede hacer las cosas más difíciles. Se trata de una fuerza psicológica interesante por derecho propio, y mi objetivo en lo que queda del capítulo será explicarla, porque comprenderla puede limitar su daño potencial. La fuerza adicional de la que estoy hablando es un credulidad normal y, desde muchos puntos de vista, deseable en los niños, y que, si nos descuidamos, puede continuar en la edad adulta, con resultado catastróficos. Empezaré con una anécdota personal.

Hace mucho tiempo, cuando mi hermana y yo éramos niños, nuestros padres y tíos nos gastaron una inocentada un 1 de abril, el día de todos los tontos. Anunciaron que habían redescubierto en el desván un pequeño avión que les había pertenecido cuando eran jóvenes, y que nos iban a montar en él para que diéramos una vuelta. Volar no era tan corriente entonces, y estábamos emocionados. La única condición era que debíamos llevar los ojos vendados. Nos llevaron cogidos de la mano, mientras nos reíamos nerviosos, tropezando y cayendo en el césped, y nos ataron a nuestros asientos. Oímos el ruido del motor al arrancar, hubo una sacudida y empezamos a ascender para efectuar un vuelo que fue agitado: baches, inclinaciones, bamboleos. De vez en cuando era evidente que pasábamos a través de las altas copas de los árboles, porque notábamos que las ramas nos rozaban levemente y un viento agradable corría sobre nuestras caras. Finalmente”aterrizamos”. El viaje lleno de sacudidas termino en tierra firme, nos quitaron la venda y entre risas todo se reveló. No había ningún avión. No nos habíamos movido del sitio. Habíamos estado simplemente sentados en un banco de jardín que nuestro padre y nuestro tío habían levantado y hecho girar y traquetear para simular el movimiento aéreo. No había motor, sólo el ruidoso aspirador, y un ventilador para hacer soplar el viento en nuestras caras. Éstos, y las ramas de los árboles que nos rozaban, los habían manejado nuestra madre y nuestra tía, situadas junto al banco. Fue divertido mientras duró.

Como niños crédulos y confiados que éramos, habíamos esperado durante días el vuelo prometido antes de que tuviera lugar. Nunca se nos ocurrió preguntar por qué teníamos que ir con los ojos vendados ¿No hubiera sido natural preguntarse qué objeto tenía hacer un viaje divertido si no podíamos ver nada? Pero no, nuestros padres simplemente nos dijeron que, por alguna razón no especificada, era necesario taparnos los ojos; y así lo aceptamos. Puede que estuvieran recurriendo a la receta consagrada por el tiempo de “ no echar a perder la sorpresa”. Nunca nos preguntamos por qué nuestros mayores nos habían ocultado el secreto de que al menos uno de ellos debía ser un piloto experimentado; no creo que ni siquiera nos preguntáramos cuál de ellos era. Simplemente, no teníamos la disposición mentadle escéptico. No teníamos miedo alguno a estrellarnos, tal era la fe que teníamos en nuestro padre y en nuestro tío. Y cuando nos quitaron la venda y nos dimos cuenta que habíamos sido objeto de una broma, aún así, no dejamos de creer en Papá Noel, en el hada del diente, los ángeles , el cielo, los felices terrenos de caza y todos los demás cuentos que aquellos mismos mayores nos habían contado. Mi madre no recuerda el incidente que acabo de relatar, pero sí la ocasión en que su padre les gastó una broma idéntica a ella y su hermanita. Las instrucciones de su padre fueron incluso más descabelladas, porque su aeroplano”despegó” desde el interior de la casa, y a las niñas se les dijo que “agacharan la cabeza mientras salían volando por la ventana”. Tanto mi madre como su hermana siguen cautivadas por aquella experiencia.

Los niños son crédulos por naturaleza. No podría ser de otra manera. Llegan a este mundo sin saber nada, y están rodeados de adultos que, en comparación, lo saben todo. Es absolutamente cierto que el fuego quema, que las serpientes muerden, que si andamos sin protección bajo el sol del mediodía nos cocemos hasta enrojecer y, como ahora sabemos , nos arriesgamos a un cáncer. Además, la otra manera aparentemente más científica, de obtener conocimientos útiles, el aprendizaje mediante ensayo y error, suele ser una mala idea, porque los errores son a veces demasiado costosos. Si nuestra madre nos dice que no vayamos nunca a chapotear al lago porque hay cocodrilos, no es bueno adoptar una actitud escéptica, científica y “adulta” y responderle: “gracias mamá, pero prefiero verificarlo experimentalmente”. Con demasiada frecuencia tale experimentos serían terminales. Es fácil ver por qué la selección natural( la supervivencia de los mejor adaptados) podría penalizar una disposición mental experimental y escéptica y favorecer la credulidad ingenua de los niños.

Pero esto tiene un inevitable y lamentable efecto secundario. Si nuestros padres nos dicen algo que no es cierto, también nos lo creemos. ¿cómo podríamos evitarlo? Los niños no están equipados para conocer la diferencia entre una advertencia verdadera sobre un peligro genuino y una advertencia falsa de que nos quedaremos ciegos o iremos al infierno si “pecamos”, por decir algo. Si los niños estuvieran equipados para ello, no necesitarían ninguna advertencia. La credulidad, como dispositivo de supervivencia, viene en un solo lote. Creemos lo que se nos dice, sea verdadero o falso. Los padres y demás parientes adultos saben tanto que es natural que lo saben todo, y es natural creerles, de modo que cuando nos cuentan que Papá Noel baja por la chimenea, y que la fe “mueve montañas”, también nos lo creemos.

Los niños son crédulos porque tienen que serlo para desempeñar su papel de “oruga” en la vida. Las mariposas tienen alas porque su papel es localizar miembros del sexo opuesto y diseminar su descendencia entre nuevas plantas comestibles. Tienen un apetito modesto, satisfecho por ocasionales libaciones de néctar. Ingieren poca proteína en comparación con las orugas, que constituyen el estadio de crecimiento en ciclo biológico. En general, los animales en fase juvenil tienen que prepararse para convertirse en adultos reproductores. Las orugas están aquí para comer todo lo que puedan con el fin de transformarse en crisálidas, de las que saldrán los adultos reproductores alados .Por eso carecen de alas pero, en cambio, poseen robustas mandíbulas masticadoras y un apetito voraz e insaciable.

Los individuos juveniles humanos deben ser crédulos por razones parecidas. Son orugas de información. Están aquí para convertirse en adultos reproductores dentro de una sociedad refinada, basada en el conocimiento; y la fuente principal de su dieta de información son sus mayores, sobre todo sus padres. Por lo mismo que las orugas poseen mandíbulas masticadoras córneas para ingerir la pulpa del repollo, los niños poseen ojos y oídos bien abiertos, y mentes receptivas y confiadas para absorber el lenguaje y otras formas de conocimiento. Son suctores del saber adulto. Mareas de datos, gigabytes de sabiduría, entran a raudales a través de los pórticos del cráneo infantil, y la mayor parte se origina en la cultura que han construido los padres y las generaciones de antepasados. Pero es importante no llevar demasiado lejos la analogía de la oruga. Los niños se transforman en adultos gradualmente y no de golpe como las orugas que se metamorfosean en mariposas.

Recuerdo una vez, en Navidad intenté entretener a una nña de seis años calculando con ella el tiempo que tardaría Papá Noel en descender por todas las chimeneas del mundo. Si la altura media de una chimenea es de 6 metros y existen, pongamos por caso, 100 millones de casas con niños ¿con qué rapidez, me preguntaba yo en voz alta, tendría que bajar zumbando por cada chimenea para poder terminar su trabajo en el amanecer del día de navidad? Apenas tendría tiempo de entrar de puntillas y sin hacer ruido en la habitación de cada niño, porque necesariamente tendría que romper la barrera del sonido. La niña comprendió y se dio cuenta que había un problema, pero esto no la preocupó en lo más mínimo. Dejó de lado el tema sin indagar más. Nunca pareció cruzar por su mente la posibilidad evidente de que sus padres le hubieran estado contando mentiras. Ella no lo habría dicho con estas palabras, pero la implicación era que, si las leyes de la física hacían imposible la hazaña de Papá Noel, tanto peor para las leyes de la física. Sus padres le habían dicho que bajaba por todas las chimeneas durante las pocas horas de la Nochebuena, y eso bastaba. Tenía que ser así porque mamá y papá lo habían dicho.

Pienso que la candidez confiada puede ser normal y saludable en un niño, pero puede convertirse en credulidad enfermiza y censurable en un adulto. Crecer y convertirse en adulto, en el sentido más pleno de la palabra, debería incluir el cultivo de un saludable escepticismo. La predisposición a dejarse engañar puede calificarse de infantil, porque es común(y defendible) en los niños. Sospecho que su persistencia en los adultos surge del deseo( en realidad, del anhelo vehemente) de las seguridades y comodidades perdidas de la niñez: Este aspecto lo describió muy bien en 1986 Isaac Asimov, el gran escritor de ciencia ficción y divulgador científico: “ Inspecciónese cada una de las muestras de pseudociencia y se encontrará una manta de seguridad, un pulgar que chupar, una falda que agarrar” La infancia es, para muchas personas, una Arcadia perdida, una especie de cielo, con sus certezas y sus seguridades, sus fantasías de volar al País de Nunca Jamás con Peter Pan, sus cuentos a la hora de ir a dormir, antes de vernos arrastrados hasta el País del Sueño en los brazos del Osito de Peluche. En retrospectiva, los años de la inocencia infantil pueden pasar demasiado deprisa. Quiero a mis padres porque me llevaron en un vuelo tan alto como el de un águila a través de las copas de los árboles, y por contarme las historias del Hada del Diente y de Papá Noel, de merlín y sus hechizos , del Niño Jesús y los tres reyes Magos. Todas estas historias enriquecen la niñez y, junto con muchas otras cosas, contribuyen a que la recordemos como una época fascinante.

El mundo de los adultos puede parecer un lugar frío y vacío, sin hadas ni Papá Noel, sin País de los juguetes ni la Narnia de los cuentos infantiles de C.S. Lewis, sin los felices terrenos de caza donde van las mascotas que mueren, y sin ángeles (ni de la guarda ni de la variedad de jardín). Pero tampoco hay demonios, ni fuego del infierno, ni brujas malvadas, fantasmas, casas encantadas, ,posesión demoníaca, cocos ni ogros. Es cierto que ni el osito Teddy ni la muñeca Dolly están realmente vivos. Pero existen compañeros de cama adultos a los que asirse, cálidos, vivos, que hablan y piensan, y muchos de nosotros encontramos que éste es un tipo de amor más gratificante que la afección pueril por los juguetes rellenos de paja, por blandos y mimosos que sean.

No crecer como es debido significa retener la calidad de “oruga” de la infancia(donde es una virtud) en la edad adulta(donde se convierte en un vicio). En la infancia nuestra credulidad nos es muy útil. Nos ayuda a llenar nuestro cráneo, de manera extraordinariamente rápida, con la sabiduría de nuestros padres y antepasados. Pero si no crecemos para salir de ella en la plenitud del tiempo, nuestra naturaleza de oruga nos convierte en un blanco fácil para astrólogos, médiums , gurúes, evangelistas y charlatanes. El genio del niño humano, oruga mental extraordinaria, le sirve para empaparse de información e ideas, no para criticarlas. Si más tarde aparecen las facultades críticas será a pesar de las inclinaciones de la niñez, y no debido a ellas. El papel secante del cerebro del niño es el plantel poco prometedor, la base sobre la cual posteriormente quizá podrá desarrollarse la actitud escéptica como una planta de mostaza que pugna por crecer. Necesitamos sustituir la credulidad automática de la niñez por el escepticismo constructivo de la ciencia adulta.

Pero sospecho que hay un problema adicional. Nuestra visión del niño como oruga de información es demasiado simple. La programación de la credulidad del niño tiene un peculiaridad que resulta casi paradójica hasta que la comprendemos. Volvamos a nuestra imagen de niño que necesitaba absorber información de la generación previa lo más rápidamente posible ¿Qué ocurre si dos adultos, por ejemplo nuestro padre y nuestra madre, nos facilitan opiniones contradictorias? ¿Qué ocurre si nuestra madre nos dice que todas las serpientes son mortíferas y no debemos acercarnos nunca a ellas, y al día siguiente nuestro padre nos dice que todas las serpientes son letales, excepto las verdes, y que podemos tener una serpiente verde como mascota? Ambos ejemplos de consejos pueden ser buenos. El consejo materno tiene el efecto deseado de protegernos contra las serpientes, aunque la generalización no sea aplicable a las serpientes verdes. El consejo más discriminatorio del padre tiene el mismo efecto protector y es mejor en algunos aspectos, pero podría ser fatal si se trasladara, sin revisión, a un país lejano. En cualquier caso, para el niño pequeño la contradicción entre ambos consejos podría ser peligrosamente desconcertante. Los padres sueles hacer denodados esfuerzos por no contradecirse, y probablemente hacen bien. Pero al “diseñar” la credulidad, la selección natural habría tenido que introducir una manera de habérselas con los consejos contradictorios. Quizás, una regla sencilla tal como “Cree cualquier historia que oigas primero”o”Cree a la madre antes que al padre, y al padre antes que a otros adultos de la población” A veces el consejo de los padres advierte específicamente contra la credulidad hacia otros adultos de la población. He aquí un ejemplo de consejo que los padres tienen que dar a sus hijos: ”Si cualquier adulto os pide que vayáis con él y os dice que es amigo de vuestros padres, no lo creáis, por amable que parezca e incluso(o especialmente) si os ofrece caramelos. Id solo con un adulto que vosotros y vuestros padres ya conozcáis, o bien, que lleve un uniforme de policía” ( Recientemente apareció en los periódicos ingleses una historia encantadora: la reina Elizabeth, la Reina Madre, que tiene 97 años, le dijo a su chofer que detuviera el coche cuando advirtió que una niña, que aparentemente se había perdido, estaba llorando. La anciana y amable dama salió para confortar a la niña y se ofreció a llevarla a su casa.”No puedo, sollozó la niña , no se me permite hablar con extraños) Un niño tiene la obligación de ejercer, en determinadas circunstancias, lo opuesto a la credulidad: un tenaz apego a una afirmación previa de un adulto frente a una afirmación posterior contradictoria, por muy tentadoramente plausible que sea.

Así pues, los calificativos”ingenuo”y”crédulo” no son estrictamente aplicables a los niños. Las personas verdaderamente crédulas creen cualquier cosa que acaban de oír o leer, aunque contradiga lo que han oído o leído antes. La cualidad infantil que intento describir no es la pura ingenuidad, sino una combinación compleja de credulidad combinada con su opuesta: el tozudo mantenimiento de una creencia, una vez adquirida. Así, la receta completa es un credulidad temprana extrema seguida de un inmovilismo igualmente obstinado. Es fácil ver lo devastadora que puede ser esta combinación. Aquellos viejos Jesuitas sabían lo que hacían: “Dadme al niño durante sus siete primeros años, y os devolveré al hombre”.






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domingo, 19 de diciembre de 2010

20 DE DICIEMBRE - DÍA MUNDIAL DEL ESCEPTICISMO





“La imaginación nos llevará a menudo a mundos que no existieron nunca, pero sin ella no podemos llegar a ninguna parte. El escepticismo nos permite distinguir la fantasía de la realidad y poner a prueba nuestras especulaciones.”


-Carl Sagan-



TODA MENTIRA ESCONDE ALGO DE VERDAD




¿Día del qué? ¿Escepticismo? No me lo creo. ¡Tal cosa no puede existir!

Es cierto, al menos de momento, no es algo que exista oficialmente. Simplemente se trata de una buena idea que surgió el año pasado en el blog Proyecto Sandía, la cual propone reivindicar  en este entorno, el escepticismo, el pensamiento crítico y la razón. Para ello se eligió el día 20 de diciembre, debido a que en ese mismo día, pero del año 1996, perdíamos a Carl Sagan, uno de los más grande promotores de esta forma de pensar que nos dejó el siglo XX.
Desde este espacio, nos sumamos a dicha iniciativa aportando estos banners, en los que ironizamos sobre tres temas en los cuales creemos conveniente mantener una postura escéptica, ya que desde hace mucho tiempo, son los que favorecen el engaño de una manera alarmantemente masiva. Esperamos sean de su agrado!

Saludos

































Juan Carlos y Facundo




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miércoles, 15 de diciembre de 2010

Los Misterios de la Isla de Pascua. -Sergio Rapu Hahoa-


"El polvo con el polvo,
la piedra con la piedra
se juntan como rostros
y surge la ciudad."

-Silvio Rodríguez-






UN LUGAR EN EL MUNDO


Es una maravilla ver como, en este último tiempo, la idea inicial de TED, que consiste justamente en exponer conjuntos de ideas, se ha replicado por cantidad de ciudades en el mundo entero mediante las conferencias TEDx. En este espacio ya publicamos alguna de las realizadas en Buenos Aires y ahora es el turno de TEDx Andes.
La charla que hoy presentamos está a cargo del arqueólogo Sergio Rapu Hahoa. En ella nos explica los posibles motivos que llevaron a un estado crítico a las primeras sociedades que habitaron la Isla de Pascua y también, entre otros datos útiles, nos cuenta cómo es que se pudieron construir los misteriosos moais, obras de arte, que tanta curiosidad han despertado en la opinión pública desde hace muchos años.
Sabemos que la comunidad Rapa Nui, lamentablemente, está pasando en estos días, momentos muy difíciles en el aspecto socio/político, por lo que deseamos y esperamos encuentren una pronta solución a la problemática y que ésta les resulte conveniente.
Desde aquí, la manera que utilizamos para solidarizarnos, es difundir su fascinante cultura, así es que espero les guste el video y les resulte instrutivo. Gracias Cármen por el aporte!



saludos


Juan Carlos







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martes, 7 de diciembre de 2010

Adarme Divulgación -Stephen Jay Gould-


"Hemos nacido juntos
y crecimos así,
rama del mismo árbol,
azul del mismo añil.
Hoy hay que adelantarse
a todo lo demás
y al diablo si sabemos:
queremos saber más.
"


-Silvio rodríguez-





Nuevamente traemos a ustedes la sección Adarme Divulgación, en este caso para darle un vistazo a uno de los tantos artículos escritos por el eminente paleontólogo Stephen Jay Gould, previamente publicado en la revista Natural History e incluído en su último libro, titulado Acabo de llegar, antes de, lamentablemente, fallecer en 2002. El artículo del cual proviene este extracto, “¿Y, de todos modos, qué significa la temible palabra que empieza con “e”?”, comienza, entre otras cosas, contándonos un poco sobre el original significado de la palabra “evolución”, cuyo uso, primeramente, se dio en la astronomía, por ejemplo, para describir el proceso por el cual atraviesa una estrella, describiendo pasos previsibles y unidireccionales. Este fragmento, con el cual finaliza el artículo, nos muestra cómo la biología se apropió del término y lo transformó, aunque muchos siguieron entendiéndolo con su antiguo (o paralelo y astronómico) significado, y esto generó una idea errónea sobre de qué va realmente la evolución biológica. Para que no se encuentren del todo perdidos: el fragmento comienza mencionando dos estudios, los cuales Gould toma como prueba para reforzar su objetivo: ponernos en nuestro lugar! 
Saludos


Facundo




¿QUÉ SIGNIFICA LA TEMIBLE PALABRA QUE EMPIEZA CON "E"?


(...) Vertebrados hasta debajo de todo. En uno de los episodios más cruciales y enigmáticos de la historia de la vida (y que pone en duda la vieja y agradable idea de que la vida ha progresado de una manera básicamente majestuosa y lineal a través de los tiempos), casi todos los tipos animales hacen su primera aparición en el registro fósil esencialmente por la misma época, un intervalo de unos cinco millones de años (hace aproximadamente entre 525 y 530 millones de años) denominado Explosión del Cámbrico. (Los petardos geológicos tienen mechas largas cuando se miden por la escala inadecuada del tiempo humano.) Sólo un tipo principal con partes duras prominentes y fosilizables no aparece en este incidente, ni durante todo el período Cámbrico: los Briozoos, un grupo de organismos marinos coloniales desconocido en la actualidad para la mayoría de los que no son especialistas, aunque todavía son bastante comunes y fueron prominentes en el registro fósil inicial de la vida animal.

Otro grupo, hasta un descubrimiento publicado en 1999, no había producido tampoco ningún registro de la explosión del Cámbrico, aunque hace algún tiempo que se conocen representantes del Cámbrico tardío (mucho después de la explosión). Pero, mientras que los textos populares han ignorado prácticamente a los Briozoos, la ausencia de este otro grupo había sido publicitada manera prominente y se proclamó como muy importante. No se habían obtenido vertebrados de depósitos de la explosión del Cámbrico, pero sí recolectado parientes cercanos dentro de nuestro tipo (los Cordados), que técnicamente no son vertebrados. (Los Cordados incluyen tres grandes subgrupos: los tunicados, Amphioxus y sus afines, y los vertebrados propiamente dichos.) 

Esta ausencia de vertebrados en estratos que presentan casi todos los demás tipos de animales fosilizables proporcionaba un rayo de esperanza a personas que querían considerar a nuestro propio grupo como “superior” o más evolucionado en una dirección predecible. Si la evolución implica avance lineal, entonces más tardío es mejor…y únicamente tardío (o casi únicamente, dado estos molestos Briozoos) sólo puede aumentar la distinción. Pero en el número del 4 de noviembre de 1999 de la revista Nature se incluye un persuasivo artículo (Vertebrados del Cámbrico inferior del sur de China), que informa del descubrimiento de dos géneros de vertebrados en la Formación Chengjiang de
 China meridional, del Cámbrico Inferior, a muy poca distancia temporal de la explosión del Cámbrico. (Burguess Shale, en Canadá Occidental, la célebre localidad para la mayor parte del conocimiento previo de los primeros animales del Cámbrico, data de varios millones de años después de la explosión misma. La fauna de Chengjiang reciemntemente descubierta, con una preservación igualmente exquisita de la anatomia blanda, ha estado producioendo tesoros comparables o incluso mayores desde hace más de una década.)
Myllokunmingia fengjiao
Myllokunmingia fengjiaoa
Estos dos animales (cada uno de los cuales mide unos 2 cm de longitud, carentes de mandíbulas y espina dorsal, y que de hecho no poseen ningún esqueleto óseo) podrían no parecerle a un estudioso casual merecedores de ser incluidos en nuestro linaje exaltado. Pero mandíbulas y columna vertebral, por mucho que puedan atraer nuestra atención ahora, surgieron más tarde en la historia de los vertebrados, y no entran en la definición taxonómica y fundamental de nuestro grupo. La mandíbula de los vertebrados, por ejemplo, evolucionó a partir de partes duras que originalmente reforzaban las aberturas branquiales situadas inmediatamente detrás, y que después se desplazaron hacia delante para rodear la boca. Todos los peces primitivos carecían de mandíbula, como todavía ocurre con los dos supervivientes modernos de esta radiación inicial, las lampreas y las mixinas.
Los dos géneros de Chengjiang poseen todas las características definitorias de los vertebrados: la rígida cuerda dorsal o notocorda (que posteriormente se perdió en los adultos después de que apareciera por evolución la columna vertebral), la disposición de la musculatura de los flancos en una serie de elementos en zigzag desde la parte anterior a la posterior, el conjunto de aberturas pares que perforan la faringe (y que operaban primariamente como branquias respiratorias en los peces posteriores, pero que los vertebrados ancestrales utilizaban sobre todo para alimentarse mediante filtración). De hecho, la mejor reconstrucción del orden de ramificación en un árbol de los vertebrados sitúa el origen de estos dos géneros después de los supuestos antepasados de las mixinas modernas, pero antes de los presuntos antecesores de las lampreas. Si esta inferencia es cierta, entonces los vertebrados existían ya en una diversidad sustancial en el seno de la explosión del Cámbrico. En cualquier caso, ahora conocemos dos ejemplos claros y concretos de vertebrados hasta debajo de todo. Nosotros, los vertebrados, no nos situamos más arriba y más tarde que nuestros primos invertebrados porque todos los tipos de animales “avanzados” hicieron su debut en el registro fósil esencialmente por la misma época. La complejidad que ostentan los vertebrados no requirió un retraso especial para acomodar una lenta serie de pasos progresivos, predecibles a partir de los principios generales de la evolución.

Un parásito por excelencia, o “como caen los poderosos”. Los tipos de animales pluricelulares complejos reciben la designación colectiva de Metazoos (literalmente, animales superiores). Los organismos unicelulares y móviles llevan el nombre de Protozoos (es decir, los “primeros animales”), que se trata, en realidad, de un nombre erróneo, porque la mayor parte de estos organismos se hallan tan cerca de las plantas pluricelulares y de los hongos como de los animales pluricelulares en el árbol genealógico de la vida. En una situación intermedia verbal se encuentran los mesozoos (o “animales del medio”). Muchos esquemas taxonómicos y evolutivos sobre la organización de la vida sitúan a los Mesozoos exactamente donde su nombre implica: como un grupo persistentemente primitivo, intermedio entre los animales unicelulares y los pluricelulares, y que ilustran un paso transicional necesario en una lectura progresista de la historia de la vida.
Pero los Mesozoos siempre han sido considerados enigmáticos, sobre todo porque viven como parásitos dentro de animales realmente pluricelulares, y los parásitos se suelen adaptar a su entorno protegido mediante el desarrollo de una anatomía extremadamente simplificada, que a veces es poco más que un bulbito de tejido absorbente y reproductor encapsulado dentro del cuerpo de un patrón. Así, la extrema simplicidad de la anatomía de un parásito podría representar la degeneración evolutiva de un antepasado complejo, de vida libre, y no el mantenimiento de un estado primitivo.
El principal grupo de Mesozoos, los Diciémidos, viven como parásitos microscópicos en los órganos renales de calamares y pulpos. Su anatomía adulta apenas podría ser más sencilla: una única célula axial (que genera las células reproductoras) en el centro, envuelta por una capa única de células externas ciliadas, de diez o cuarenta en número, y dispuestas en espiral alrededor de la célula axial, excepto en el extremo anterior, donde dos anillos de células (la llamada calotte) forman una “boca” tosca que se fija a los tejidos del patrón.
Diciémido
La categoría zoológica de los Diciémidos ha sido siempre controvertida. Algunos científicos, como Libbie Hyman, que escribió el texto definitivo de su generación, en varios volúmenes, sobre anatomía de los invertebrados, consideraba que su simplicidad era primitiva, y su condición evolutiva intermedia en la complejidad creciente de la evolución. Esta autora escribió en 1940: “sus caracteres son en general primitivos y no el resultado de generación parasítica”. Pero incluso aquellos investigadores que consideraron que los Diciémidos eran descendientes parásitos de antepasados más complejos, de vida libre, nunca osaron hacer derivar estos organismos pluricelulares simples por excelencia de un Metazoo muy complejo. Por ejemplo, Horace W. Stunkard, el principal estudioso de los Diciémidos en la generación de mis profesores, pensaba que los Mesozoos descendían de los Metazoos más simples por encima del nivel de las esponjas y los corales: los Platelmintos, o gusanos planos.
Por desgracia, la anatomía de los Diciémidos ha experimentado una tal regresión y especialización que no queda evidencia alguna que conecte claramente a estos organismos con otros grupos animales, de manera que la controversia de “persistentemente primitivo” frente a “degenerativamente parásito” no pudo zanjarse hasta ahora. Pero métodos más nuevos de secuenciación de genes pueden resolver este dilema, porque aunque la anatomía visible puede desaparecer o transformarse más allá de su reconocimiento genealógico, la evolución difícilmente puede borrar todas las huellas de secuencias complejas de genes. Si genes que sólo se conocen de los Metazoos avanzados (y que se sabe que operan únicamente en el contexto de órganos y funciones únicos de los Metazoos) existen asimismo en los Diciémidos, entonces estos animales han de interpretarse como metazoos degenerados. Pero si, después de una búsqueda extensa, no se pueden detectar señales de genomas distintivos de Metazoos en los Diciémidos, entonces los Mesozoos bien pueden situarse, después de todo, en un lugar intermedio entre la vida unicelular y la pluricelular.
En el número del 21 de octubre de 1999 de la revista Nature, M. Kobayashi, H. furuya y P.W. Holland presentan una solución elegante a este antiguo problema (“Los Diciémidos son animales superiores”). Dichos investigadores localizaron un gen Hox (miembro de un subconjunto desitintivo que sólo se conoce de los Metazoos y que opera en la diferenciación de las estructuras corporales a lo largo del eje antero-posterior) en Dicyema orientale. Estos genes Hox concretos se encuentran sólo en los metazoos triploblásticos, o “superiores”, que poseen cavidad corporal y tres capas celulares, y no en ninguno de los grupos (como los Poríferos, o esponjas, y los Cnidarios, o corales y sus afines) que tradicionalmente se sitúan “por debajo” de los triploblásticos, “superiores”, y se han simplificado al máximo en su anatomía por su adaptación a su estilo de vida parásito. No representan vestigios primitivos de un estadio primitivo en el progreso lineal de la vida.
En resumen, si los triploblásticos considerados tradicionalmente “superiores” (el linaje de los Vertebrados, en el que se incluye nuestra enaltecida especie) aparecen en el registro fósil al mismo tiempo que todos los demás tipos de triploblásticos en la explosión del Cámbrico; y si los mas simplificados desde el punto de vista anatómico de todos los parásitos pueden haber surgido por evolución, como adaptación a la ecología local, de un linaje de vida libre entre los tipos “superiores” de triploblásticos; entonces el significado biológico, variacional y darwinista de “evolución” en tanto que impredecible y no direccional consigue un poderoso respaldo de dos casos que, en una anterior interpretación que ahora ha sido refutada, apoyaba antaño un conjunto opuesto de prejuicios transformacionales.
Como pensamiento final para contrastar al despliegue predecible de “evolución” estelar con la no direccionalidad contingente de la “evolución” biológica, he de señalar que la última línea de Darwin acerca de “este planeta… girando según la ley constante de la gravitación”, aunque es adecuada por ahora, no puede mantenerse por todo el tiempo. La “evolución” estelar prescribirá, un día, un final predecible, al menos para la vida sobre la Tierra. Cito una vez más el artículo de la Británica sobre evolución estelar:

Evolución estelar
"El Sol está destinado a perecer como una enana blanca. Pero antes de que esto ocurra, evolucionará hacia una gigante roja, y en el proceso absorberá a Mercurio y a Venus. Al mismo tiempo, expulsará la atmósfera de la Tierra y hará que los océanos hiervan, convirtiendo el planeta en inhabitable." 

La misma predecibilidad nos permite asimismo especificar la época de esta catástrofe: ¡dentro de unos cinco mil millones de años! Un futuro tolerablemente distante, desde luego, pero consideremos el asunto en relación con el estilo de cambio muy distinto conocido como evolución biológica, Nuestro planeta se originó hace unos 4.600 millones de años. Así, la mitad de la historia potencial de la Tierra se desarrolló antes de que la evolución biológica contingente produjera ni una sola especie con consciencia suficiente para meditar sobre estos temas. Además, este linaje único surgió de un grupo marginal de mamíferos (entre doscientas especies de primates de un total de sólo unas cuatro mil especies de mamíferos; en cambio, el mundo posee al menos medio millón de especies de escarabajos sólo entre los insectos). Si un proceso tortuoso consumió la mitad de todo el tiempo disponible para producir dicha adaptación siquiera una vez, entonces la mentalidad al nivel humano ciertamente no parece situarse entre las “apuestas seguras” de la historia, o ni siquiera entre las ligeras probabilidades.
Por ello hemos de contrastar la buena suerte de nuestra propia “evolución” con la “evolución” inexorable de nuestro Sol nutricio hacia un clímax espectacular que podría hacer imposible nuestra evolución futura. Ciertamente, el tiempo puede ser demasiado distante para que inspire ninguna preocupación práctica, pero a los humanos nos gusta meditar e imaginar. La contingencia de nuestra “evolución” no ofrece garantías frente a las certezas de la “evolución” del Sol. Cuando llegue el momento, probablemente ya hará mucho tiempo que habremos desaparecido, quizá llevándonos con nosotros una buena parte de la vida, y quizá dejando bacterias previamente indestructibles como los más elevados testimonios mudos de una expansión estelar que conducirá asimismo al Armagedón unicelular. O quizá nosotros, o nuestros sucesores, habremos colonizado para entonces el universo, y sólo soltaremos una breve lágrima por la destrucción de una pequeña exposición cósmica titulada “el museo de nuestros orígenes geográficos”. En cualquier caso, prefiero la excitación de la imaginación y la reflexión (por no mencionar el poder intrínseco en acción sobre cosas que pueden cambiarse ) a la certeza de la disolución distante.





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jueves, 2 de diciembre de 2010

LAS COSAS POR SU NOMBRE -El Replicador de Sueños-





"Hoy los archivos se desbordan
de psicopatías y prejuicios,
de mutiladas fantasías del horror,
de remendados en la frente y el amor."

-Silvio Rodríguez-




AL PAN PAN Y AL PAPA...



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Es factible que al ver este juego de palabras que elaboramos a partir del nombre Benedicto XVI, a algunos de ustedes le provoque una sonrisa, a otros les incite a exclamar con picardía ¡Qué hijos de…!, como así también habrá quienes se indignen. Algunos se indignarán por la ofensa a la impoluta envestidura del máximo representante de la iglesia católica, en cambio otros lo harán porque esta humorada, a manera de afiche publicitario, está revelando una terrible verdad. Desde éste lugar precisamente es que la hacemos y, vale la pena aclarar, que la denuncia del mensaje no está basada en el comportamiento propio del sumo pontífice, sino en la indiscutible responsabilidad que él mismo tiene al ocultar y encubrir a quienes, como se ha comprobado y es de público conocimiento,cometen este tipo de aberraciones, tanto físicas como morales.
En este post, publicado el año pasado, explicaba por qué a la hora de recurrir al humor, la ironía o el sarcasmo resultan ser mucho más útiles.

Saludos

Juan Carlos




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domingo, 28 de noviembre de 2010

Hijo de la Luz y de la Sombra -Miguel Hernández/ Joan Manuel Serrat-



"Con el amor a cuestas, dormidos y despiertos,
seguiremos besándonos en el hijo profundo.
Besándonos tú y yo se besan nuestros muertos,
se besan los primeros pobladores del mundo."

-Miguel Hernández-




HIJO DE MIGUEL HERNANDEZ Y DE
JOAN MANUEL SERRAT




Motivado por una nueva visita del bueno de Joan Manuel Serrat a nuestro país, es que hoy quise elaborar esta publicación con la intención de destacar un singular detalle artístico. El cantautor catalán esta vez viene a presentar su último disco titulado Hijo de la luz y de la sombra. Trabajo
que recopila un puñado de escritos del entrañable poeta y dramaturgo alicantino Miguel Hernández y a los que Joan Manuel musicalizó con tan buen gusto.
No sería ninguna novedad decir aquí que una de las canciones más bellas del disco es precisamente la que le da el título, de hecho, es el corte con el que se lo promociona.seguramente no a todos los que les gusta lo sepan, es que la letra de la canción está confeccionada por sólo algunas estrofas de lo que es el poema completo. También me gustaría aclarar que es de mi preferencia porque es uno de esos poemas de los que yo llamo de discurso evolutivo. Sinceramente a veces me quedo pensando en qué maravillas hubiese escrito Miguel Hernández, si hubiese nacido en épocas en que la genética ya hubiese florecido.
A continuación les dejo el poema completo para que los disfruten, pero antes, un video clip de la canción. Había pensado poner el original, pero la verdad, previa autorización de mi hermano Facundo, preferí publicar éste que confeccionó él mismo y que dedicó con mucho amor romántico a su novia con motivo de un aniversario (No se con qué claroscuras intenciones je je je)

*Si les parece cursi este post, lo sentimos, también tenemos nuestro lado sensible del cerebro.

Saludos

Juan Carlos





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Hijo de la luz y de la sombra



( Hijo de la sombra )

Eres la noche, esposa: la noche en el instante
mayor de su potencia lunar y femenina.
Eres la medianoche: la sombra culminante
donde culmina el sueño, donde el amor culmina.

Forjado por el día, mi corazón que quema
lleva su gran pisada del sol adonde quieres,
con un sólido impulso, con una luz suprema,
cumbre de las montañas y los atardeceres.

Daré sobre tu cuerpo cuando la noche arroje
su avaricioso anhelo de imán y poderío.
Un astral sentimiento febril me sobrecoge,
incendia mi osamenta con un escalofrío.

El aire de la noche desordena tus pechos,
y desordena y vuelca los cuerpos con su choque.
Como una tempestad de enloquecidos lechos,
eclipsa las parejas, las hace un solo bloque.

La noche se ha encendido como una sorda hoguera
de llamas minerales y oscuras embestidas.
Y alrededor la sombra late como si fuera
las almas de los pozos y el vino difundidas.

Ya la sombra es el nido cerrado, incandescente,
la visible ceguera puesta sobre quien ama;
ya provoca el abrazo cerrado, ciegamente,
ya recoge en sus cuevas cuanto la luz derrama.

La sombra pide, exige seres que se entrelacen,
besos que la constelen de relámpagos largos,
bocas embravecidas, batidas, que atenacen,
arrullos que hagan música de sus mudos letargos.

Pide que nos echemos tú y yo sobre la manta,
tú y yo sobre la luna, tú y yo sobre la vida.
Pide que tú y yo ardamos fundiendo en la garganta,
con todo el firmamento, la tierra estremecida.

El hijo está en la sombra que acumula luceros,
amor, tuétano, luna, claras oscuridades.
Brota de sus perezas y de sus agujeros,
y de sus solitarias y apagadas ciudades.

El hijo está en la sombra: de la sombra ha surtido,
y a su origen infunden los astros una siembra,
un zumo lácteo, un flujo de cálido latido,
que ha de obligar sus huesos al sueño y a la hembra.

Moviendo está la sombra sus fuerzas siderales,
tendiendo está la sombra su constelada umbría,
volcando las parejas y haciéndolas nupciales.
Tú eres la noche, esposa. Yo soy el mediodía.

II

( Hijo de la luz )

Tú eres el alba, esposa: la principal penumbra,
recibes entornadas las horas de tu frente.
Decidido al fulgor, pero entornado, alumbra
tu cuerpo. Tus entrañas forjan el sol naciente.

Centro de claridades, la gran hora te espera
en el umbral de un fuego que al fuego mismo abrasa:
te espero yo, inclinado como el trigo a la era,
colocando en el centro de la luz nuestra casa.

La noche desprendida de los pozos oscuros,
se sumerge en los pozos donde ha echado raíces.
Y tú te abres al parto luminoso, entre muros
que se rasgan contigo como pétreas matrices.

La gran hora del parto, la más rotunda hora:
estallan los relojes sintiendo tu alarido,
se abren todas las puertas del mundo, de la aurora,
y el sol nace en tu vientre, donde encontró su nido.

El hijo fue primero sombra y ropa cosida
por tu corazón hondo desde tus hondas manos.
Con sombras y con ropas anticipó su vida,
con sombras y con ropas de gérmenes humanos.

Las sombras y las ropas sin población, desiertas,
se han poblado de un niño sonoro, un movimiento,
que en nuestra casa pone de par en par las puertas,
Y ocupa en ella a gritos el luminoso asiento.

¡Ay, la vida: qué hermoso penar tan moribundo!
Sombras y ropas trajo la del hijo que nombras.
Sombras y ropas llevan los hombres por el mundo.
Y todos dejan siempre sombras: ropas y sombras.

Hijo del alba eres, hijo del mediodía.
Y ha de quedar de ti luces en todo impuestas,
mientras tu madre y yo vamos a la agonía,
dormidos y despiertos con el amor a cuestas.

Hablo, y el corazón me sale en el aliento.
Si no hablara lo mucho que quiero me ahogaría.
Con espliego y resinas perfumo tu aposento.
Tú eres el alba, esposa. Yo soy el mediodía.

III

( Hijo de la luz y la sombra)

Tejidos en el alba, grabados, dos panales
no pueden detener la miel en los pezones.
Tus pechos en el alba: maternos manantiales,
luchan y se atropellan con blancas efusiones.

Se han desbordado, esposa, lunarmente tus venas,
hasta inundar la casa que tu sabor rezuma.
Y es como si brotaras de un pueblo de colmenas,
tú toda una colmena de leche con espuma.

Es como si tu sangre fuera dulzura toda,
laboriosas abejas filtradas por tus poros.
Oigo un clamor de leche, de inundación, de boda
junto a ti, recorrida por caudales sonoros.

Caudalosa mujer: en tu vientre me entierro.
Tu caudaloso vientre será mi sepultura.
Si quemaran mis huesos con la llama del hierro,
verían que grabada llevo allí tu figura.

Para siempre fundidos en el hijo quedamos:
fundidos como anhelan nuestras ansias voraces:
en un ramo de tiempo, de sangre, los dos ramos,
en un haz de caricias, de pelo, los dos haces.

Los muertos, con un fuego congelado que abrasa,
laten junto a los vivos de una manera terca.
Viene a ocupar el hijo los campos y la casa
que tú y yo abandonamos quedándonos muy cerca.

Haremos de este hijo generador sustento,
y hará de nuestra carne materia decisiva
donde asienten su alma, las manos y el aliento,
las hélices circulen, la agricultura viva.

Él hará que esta vida no caiga derribada,
pedazo desprendido de nuestros dos pedazos,
que de nuestras dos bocas hará una sola espada
y dos brazos eternos de nuestros cuatro brazos.

No te quiero en ti sola: te quiero en tu ascendencia
y en cuanto de tu vientre descenderá mañana.
Porque la especie humana me han dado por herencia,
la familia del hijo será la especie humana.

Con el amor a cuestas, dormidos y despiertos,
seguiremos besándonos en el hijo profundo.
Besándonos tú y yo se besan nuestros muertos,
se besan los primeros pobladores del mundo.



sábado, 20 de noviembre de 2010

BATTLE AT KRUGER -Mini documental-


"Y pasó el tiempo, el tiempo largo
entre el colmillo que depreda y la piel
de su víctima en letargo.

La tarde simulaba no reconocer
la vieja trama
y su espejo era un hombre, una mujer
un juego y una cama
la tarde pura
con su rastro de prados, de candor
y el alma de locura."

-Silvio Rodríguez-





CUANDO LOS GENES SON MEJORES GUIONISTAS QUE UN ESCRITOR


Hay ocasiones en las que una persona, como se suele decir habitualmente, se encuentra en el lugar y el momento precisos y, gracias a ello, tiene la suerte de presenciar un hecho atípico. Es justo el caso de estos turistas que andaban de visita por el parque Kruger y, sin esperarlo, se encontraron con esta secuencia que, aparte de resultar poco común, cuenta con cada uno de los ingredientes que a las personas tanto nos gusta observar. Se trata de una historia completa, con un principio y su respectiva trama generada a partir de un conflicto, hay escenas de acción, hay víctima y victimarios, incluso cuenta con la participación de un héroe y de varios extras. Claro que, por su puesto, también tiene un final. La pregunta es ¿Será un final feliz?
Para quienes no lo sepan, les cuento que con estos 8 minutos de imágenes hasta se llegó a hacer un documental entero en Nacional Geographic. Resultaba muy gracioso escuchar a uno de los mejores documentalistas del canal, luego de explicar que para construir una historia de de 40 minutos a veces se requieren hasta dos años de filmación, despotricando y diciendo que no sentía envidia pero ¡Como le hubiese gustado estar en ese momento con una cámara HD!
Espero les guste.

Saludos!

Juan Carlos






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lunes, 15 de noviembre de 2010

Palabras Reencontradas -Juan Carlos Alonso-



"Los sueños cumplidos no siempre son la concreción de nuestros más nobles anhelos.
Hay ocasiones en que también son la justificación de nuestras peores acciones"

-Juan Carlos Alonso-




LOS SUEÑOS CUMPLIDOS DE TERESA NOUVELLES



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Hace poco más de cinco años, como consecuencia de una malintencionada maniobra mediático/política, fue que casi todos  mis sueños, o por lo menos, los que estaban relacionados al proyecto laboral que había encarado en ese momento, y en el que, junto a mucha otra gente, había invertido tanto tiempo y esfuerzo; no sólo se desvanecieron tras una lenta y virulenta agonía, sino que también tuve que afrontar las lamentables secuelas que perduran hasta la fecha. Dicha maniobra, la cual fue pergeñada en 2005 por el multimedios que aún hoy sigue monopolizando la información en la República Argentina; resultó ser la punta del iceberg del enfrentamiento que en la actualidad mantiene públicamente y en forma tan expuesta con el gobierno nacional. (Cabe destacar el mérito de este último por ser el único que se atrevió a enfrentarlo y el que tiene la potencial capacidad de propiciar un escenario más justo y, sobre todo, más útil para todos, a través de la ley de democratización de medios que propone)
En aquel año tan conflictivo y desmoralizante par mí, la única manera que encontré para exteriorizar lo que sentía, fue escribir un cuento. Cuento que describe metafóricamente la actitud, generalmente miserable, que suelen adoptar periodistas y comunicadores de esos medios, ante las diferentes eventualidades de su trabajo.
Es por eso que hoy, luego de retocarlo sensiblemente, decido publicarlo en El replicador de Sueños, ya que no sólo el verbo replicar tiene connotación de divulgación o difusión, como es nuestra costumbre, sino que también, en esta ocasión, quiero dejar expresado mi derecho a réplica en lo concerniente a esta cuestión.

Para su comodidad, pueden leerlo en el siguiente link: LOS SUEÑOS CUMPLIDOS DE TERESA NOUVELLES.
Espero les guste.

Saludos

Juan Carlos

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lunes, 8 de noviembre de 2010

La Foto de la Semana - Juan Carlos Alonso

"Un rincón para ir viviendo sin ilusión, sin,
sólo para poder tener un recuerdo
iremos viviendo recuerdos de parque
que para nosotros ya está muerto..."


-Luis Llach-







A UN COSTADO DEL CENTRAL PARK



Hoy seleccioné esta foto simplemente porque me gusta. Me pareció interesante el contraste de los árboles con el el cemento y sobre todo la forma en que se refleja el azul del cielo en las ventanas superiores del edificio.
La saqué hace unos años mientras paseaba por el Central Park, espero que la crisis acutual no haya hecho que los neoyorkinos hayan utilizado los troncos del mirador para hacer barbacoa los domingos. je je je


saludos


Juan Carlos


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jueves, 28 de octubre de 2010

Adarme Divulgación -Susan Blackmore-




"Porque ha pasado que historia se convierte en palabras,
ha pasado que el mundo se convierte en palabras,
ha pasado que todo se convierte en palabras,
palabras, palabras, palabras a granel."

-Silvio Rodríguez-




Hoy les traemos en ésta, nuestra sección Adarme divulgación, el fragmento del excelente libro de Susan Blackmore, que se complementa con el publicado anteriormente ¿Por qué no podemos dejar de pensar? tal cual nos habíamos comprometido. Espero sirva para discernir estas cuestiones.
Sludos
Juan Carlos



¿POR QUÉ HABLAMOS TANTO?


Hablar tanto cuesta energía, mucha energía. Para pensar hay que gastar energía pero para hablar, todavía se necesita más. Durante un acto de habla (lo que incluye escuchar y comprender), hay que activar varias áreas del cerebro y, además, la propia producción de sonidos también constituye un dispendio. Pensemos por ejemplo en alguna ocasión en que hayamos estado enfermos, lo costoso que representa ponerse a hablar. Es posible que, tumbados en la cama de un hospital, no nos cueste demasiado pensar pero en cuanto el personal sanitario empieza a hacernos preguntas, sólo atinamos a responder con débiles monosílabos. Más adelante, con la recuperación llegan los ánimos, las sonrisas y la conversación intrascendentes sobre la comida que recibimos o los planes que tenemos para cuando nos den el alta.
Un aficionado a la alta fidelidad sabe bien cuánta energía se precisa para tener unos buenos amplificadores conectados al equipo de música y lo caro que resulta un sistema de sonido de alta calidad y volumen.
Por otra parte, si se dispone únicamente de un aparato de radio de poca monta con control analógico, es necesario dar muchas vueltas al dial para mantener un volumen y una sintonía ajustados, con lo cual se consume mucha energía.
Este enorme dispendio de energía es bastante chocante. Los humanos debemos trabajar mucho para costearnos toda la energía que consumimos y, por otro lado, una utilización racional de la energía representa un factor crítico de supervivencia. Si podemos componérnoslas para gasta menos energía que el vecino, es muy probable que en épocas de restricción sepamos apañarnos mejor que él ya sea para encontrar alimentos que escasean o para aparearnos con el candidato más solicitado y, a la sazón, trasmitir nuestros genes. Así las cosas, ¿Por qué la evolución habrá producido unas criaturas que hablan en cuanto tienen la oportunidad?
Se me ocurren varias respuestas. Para empezar, es posible que a fin de cuentas exista una explicación biológica coherente. Hablar puede tener una función importante que desconozco. Quizás sirva para consolidar relaciones sociales o para intercambiar informaciones útiles. Más adelante me dedicaré a pensar en ello.
En segundo lugar, los sociobiólogos podrían argumentar que con la evolución del lenguaje, la cultura se ha descarriado si quiera temporalmente y que el aspecto cultural del habla ha alcanzado unos límites algo insólitos. Sin embargo, si el acto de hablar significa realmente un desgaste de valiosa energía, quiere decirse que los genes de las personas que más hablan serán menos efectivos y, a la larga, recobrarán el control perdido.
En tercer lugar, uno psicólogo evolutivo podría argumentar que todos estos actos de habla representaron una ventaja para nuestros antepasados y que ahora debemos aceptar las cosas como están aunque ya no nos reporten beneficio alguno. De ser así, deberíamos buscar los orígenes en la biografía de nuestros primeros cazadores/ recolectores.
El nexo común de todas estas sugerencias es que todas se refieren a la ventaja genética para encontrar una explicación. La memética enfoca la cuestión de forma radicalmente distinta. En lugar de buscar las ventajas que puede aportar el habla a la genética, su objeto es descubrir los beneficios que representa para la memética. La respuesta es evidente: Hablar propaga memes. Dicho de otra manera, si hablamos tanto no es para beneficiar a nuestros genes sino para propagar nuestros memes.
Analizaremos en detalle tres de las diversas formas de las que sirve la memética para ejercer presión sobre el cerebro humano y así mantenernos en el uso del habla.
En primer lugar, puesto que el acto de hablar es una forma segura de propagación de memes, (en general) se copiarán más a menudo los que se trasmiten mediante el habla. Se trata del tipo de meme que hará crecer el fondo memético y que acabará pro hacernos hablar a todos abundantemente. Este argumento es similar al que utilicé anteriormente al referirme al hábito de pensar y la teoría de las malas hierbas. El silencio es como un hermoso parterre cuyas flores adornan brevemente el césped pero que pronto se ve invadido por las malas hierbas. Un ser humano silencioso es una máquina reproductora en ciernes, que sólo espera ser puesta en marcha. El cerebro humano está repleto de ideas, de recuerdos y de pensamientos que buscan ser compartidos y de acciones por ejecutar; el ámbito social está lleno de nuevos memes que se crean, se propagan y compiten para ser adoptados y posteriormente trasmitidos. No obstante, el ser humano es incapaz de hablar todos los memes disponibles y la competencia es muy fuerte para los memes que buscan aposentarse en nuestras cuerdas vocales, de la misma manera que las malas hierbas compiten con las flores. Es tan difícil guardar silencio como arrancar malas hierbas.
¿Qué memes ganarán la competición y se instalaran en nuestras voces? Quizás encontremos respuestas en nuestro familiar postulado: Imaginemos un mundo lleno de cerebros, con muchos más memes de los que puedan encontrar alojamiento. ¿Qué memes tienen más probabilidades de conseguir un hogar seguro y de reproducirse?
Ciertos memes se dicen muy fácilmente o bien son muy persuasivos y se trasmiten con soltura. Me refiero por ejemplo a noticias escandalosas, cotilleos, historias de terror, noticias agradables e instrucciones útiles. Se trata de memes que están diciendo:
<< ¡Transmíteme!>>, por razones tanto biológicas como psicológicas. Es probable que se relacionen con temas sexuales, de cohesión social, de impacto o de seguridad.
También cabe la posibilidad de que la sociedad los transmita por mor de conformar con las normas, de ser más aceptada o de compartir sorpresas y lágrimas con sus congéneres. Cabe que la información transferida sea de un interés genuino para el receptor. Sin lugar a dudas disponemos de los elementos para analizar todos estos motivos (que es justamente el trabajo que efectúan los psicólogos), pero esta no es la tarea que ocupa mi argumento memético actual y por esa razón descarto su estudio. Se trata de establecer que tenemos muchas menos probabilidades de transmitir una noticia sobre el estado de salud de los rosales del jardín del vecino, que un rumor sobre lo que estaba haciendo detrás de ellos. Los memes del tipo ¡Transmíteme! Son, en efecto, muy transmisibles y los seres humanos tendemos a infectarnos de ellos.
En 1997, la noticia de que la princesa Diana de Gales había muerto se transmitió a la velocidad del rayo por todo el mundo cuando sólo hace unos minutos que se había anunciado. Todos y cada uno nos apresuramos a comunicárselo a alguien que aún no lo sabía. Yo también lo hice. Recuerdo encender la radio y, en lugar del programa normal, el boletín de noticias no hacía otra cosa que reiterar aquel suceso y, naturalmente, hice unas llamadas telefónicas. Después me sentí algo ridícula por pasar el parte a mis familiares sobre un tema que, en principio, nunca me había interesado demasiado. Pero la muerte de Diana pertenecía a ese tipo de noticias y se esparció como el virus más contagioso y, en pocas semanas, la reputación de la princesa se convertía en algo rayano a la santidad y miles de seguidores se apuntaron a su culto (Mariden, 1997). Pocos meses más tarde se habían donado millones de libras esterlinas destinadas a una fundación en su recuerdo y otros tantos millones se ganaron al vender su reparada imagen. Pocos memes pueden preciarse de ser tan potentes como los de este caso singular, pero el principio detrás del fenómeno es bastante general. Cierto tipo de noticia circula mejor que otras. Se trata de las que se relacionan con eventos que despiertan el interés de la sociedad y que, además, se quieren comunicar cuando se oyen. El resultado de todo ello es que la gente habla más.
Lo cual no significa que el silencio sea imposible. Simplemente, es poco frecuente y precisa de un reglamento especial para ponerlo en práctica contra la tendencia memética natural de hablar sin cesar. Estos reglamentos son evidentes en las bibliotecas, en las escuelas, en cines y teatros e incluso en ciertos medios de transporte y, aunque el público se esfuerce por obedecer, en muchos casos resulta casi imposible. El voto de silencio es tremendamente difícil de cumplir y ello se pone de manifiesto, por ejemplo, durante los retiros espirituales, por breves que sean. El meme del silencio va a contracorrientes.
Este hecho nos sugiere otra aproximación bien distinta, relacionada con la praxis y el reglamento social del habla. Comparemos una vez más dos tipos de memes. Supongamos que existen unas instrucciones que nos incitan a hablar mucho. Dichas normas pueden adoptar modalidades muy diversas; recordemos por ejemplo que el silencio prolongado ante la presencia de otros resulta embarazoso o la obligación de conversar por simples motivos de educación o para entretener a nuestros invitados. Acto seguido, imaginemos que también exigen unas normas que nos incitan al silencio porque aducen que la conversación intrascendente no tiene sentido, o porque se considera educado o incluso porque tienen valores espirituales. ¿Qué instrucciones tienen más probabilidad de prosperar? Creo que el primer grupo y que los individuos adscritos al mismo hablarán más y, con ello, sus mensajes se repetirán con mayor frecuencia, se oirán más a menudo y por ende tienen más probabilidades de ser captados por terceros.
Si mi conclusión no parece plausible a primera vista, recreemos la situación del modo siguiente: imaginemos que un centenar de personas han sido adiestrados en la conducta del primer tipo ( “deberíais ser educados y conversar con vuestros invitados”) y que otros tantos individuos han aprendido la segunda modalidad (“sólo hablará cuando se considere que la educación así lo exige”). El primer grupo hablará, porque dispone del meme necesario que le permite tomar la palabra siempre que pueda. El segundo grupo se mantendrá silencioso. Si los habladores se encuentran con habladores, hablarán. Si los callados se encuentran con callados, no hablarán. La combinación más interesante la representa el grupo de habladores cuando se encuentra ante un grupo de callados porque cabe la posibilidad de que ninguno de los dos cambie su tesitura pero, de hacerlo, se establece un desequilibrio evidente. Un hablador, hablará y, directa o indirectamente, sugerirá que se debe hablar porque las normas de educación suscitan la conversación, o porque es divertido hacerlo o incluso porque es necesario. Ante esta tesitura, es posible que el callado se decida a hablar. Sin embargo, el proceso inverso no suele suceder casi nunca. Un tipo silencioso puede musitar de vez en cuando: <<>> o incluso << ¿podría usted callarse?>>, pero hablará poco, por definición.
Precisamente por este motivo, logrará poco conversos. Es posible que los memes tan singularmente explícitos no abunden, pero existen ejemplos notables como aquel de una compañía telefónica británica cuyo slogan reza: “Hablar es bueno” o bien el antiguo proverbio” el silencio es oro”. La mimética debería ayudarnos a comprender por qué razones el lenguaje debe continuar transmitiéndose, además de enseñarnos que algunos entornos selectivos propician la implementación del infrecuente reglamento del silencio.
Finalmente, otro modo de interpretar la presión memética para incitar el habla se efectúa mediante el análisis de memes en grupo o memeplex y, a la sazón, de tipos de individuos cuya probabilidad de generarlos y transmitirlos es mayor. Los memes que prosperan en el entorno de una persona parlanchina (y que contribuye a que dicha persona sea así) son distintos de los que maneja una persona silenciosa. Por definición, la primera hablará más y, por lo tanto, dará a sus memes una mayor oportunidad de propagarse. Cuando otra persona parlanchina oiga a la anterior, recogerá sus ideas y las transmitirá, a su vez, a una tercera. La persona silenciosa habla poco y sus memes compatibles tendrán menor ocasión de propagarse, debido, a su naturaleza poco dada a explayarse. No cabe la menor duda de que las personas muy proclives a hablar pueden ser irritantes y las calladas, tremendamente fascinantes, pero ella no altera el desequilibrio básico, el resultado inevitable que dicta que los memes para hablar o los que coexisten felizmente junto a los memes que hablan, están destinados a aumentar el fondo memético a expensas de los memes de quienes callan.
Todos estos argumentos meméticos representan parte de un conjunto que aspira a desembocar en unos efectos idénticos. De ser correctos, significaría que el mismo fondo memético se va llenando de memes que fomentan el habla. Todos nos cruzamos en su camino y es por este motivo por el que hablamos tanto. No hablamos para beneficio nuestro ni porque ello nos haga más felices, aunque a veces pueda ser así, ni para el de nuestros genes. Se trata de una consecuencia ineludible de tener un cerebro que es capaz de imitar el habla.
Lo cual nos lleva directamente a nuestros dos postulados principales: Como y por qué se inició el procesos del habla en los humanos. [...]




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