viernes, 28 de marzo de 2014

EL CIELO PUEDE ESPERAR

"No lo van a impedir los generales,
ni adorables doncellas pervertidas,
ni apelables procesos judiciales,
ni perros, ni cometas, ni suicidas"

Amaury Pérez

Manzanas, lunas y planetas


Y llegó el tercer episodio de Cosmos, una odisea espacio-temporal. La Nube de Oort es un inmenso perímetro esférico que rodea al sistema solar, compuesto de asteroides que gravitan bajo la lejana atracción del sol. Cada tanto, uno de ellos se precipita al interior y nos visita. Para los antiguos, incluso para los no tan antiguos, esto significaba catástrofe. Por suerte, algunas lúcidas mentes se pusieron en acción y nos invadieron de ideas que desterraban los miedos. Un personaje nos lleva a otro y nos enteramos quién es quién en el comienzo de la historia de la ciencia moderna. Los nombres se humanizan, Haley no es sólo un cometa, 
Newton y Hook juegan a las vedettes. Pero todos ellos, a su manera, encaminan a la humanidad fuera de la caja de cristal. Las publicaciones de Newton, fruto no sólo de su ingenio, afortunadamente redirigido, sino de la constante intervención de un, para nada fugaz, Haley, caen con el peso de la gravedad aplastando mitos dañinos. El cielo no nos enviaba mensajes, sólo piedras maravillosas de hielo y metal. El cambio de paradigma que significó estudiarlas en lugar de temerles, nos hizo conocer un poco más acerca del origen de nuestro, hasta ahora, único hogar planetario y del sistema solar todo. Bienvenidos otra vez, a la nave de la imaginación, agárrense fuerte.



Facundo 



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