"No lo van a impedir los generales,
ni adorables doncellas pervertidas,
ni apelables procesos judiciales,
ni perros, ni cometas, ni suicidas"
Amaury Pérez
Manzanas, lunas y planetas
Y llegó el tercer episodio de Cosmos, una odisea
espacio-temporal. La Nube de Oort es un inmenso perímetro esférico que rodea al
sistema solar, compuesto de asteroides que gravitan bajo la lejana atracción
del sol. Cada tanto, uno de ellos se precipita al interior y nos visita. Para
los antiguos, incluso para los no tan antiguos, esto significaba catástrofe.
Por suerte, algunas lúcidas mentes se pusieron en acción y nos invadieron de
ideas que desterraban los miedos. Un personaje nos lleva a otro y nos enteramos
quién es quién en el comienzo de la historia de la ciencia moderna. Los nombres
se humanizan, Haley no es sólo un cometa,
Newton y Hook juegan a las vedettes.
Pero todos ellos, a su manera, encaminan a la humanidad fuera de la caja de
cristal. Las publicaciones de Newton, fruto no sólo de su ingenio,
afortunadamente redirigido, sino de la constante intervención de un, para nada
fugaz, Haley, caen con el peso de la gravedad aplastando mitos dañinos. El
cielo no nos enviaba mensajes, sólo piedras maravillosas de hielo y metal. El
cambio de paradigma que significó estudiarlas en lugar de temerles, nos hizo
conocer un poco más acerca del origen de nuestro, hasta ahora, único hogar
planetario y del sistema solar todo. Bienvenidos otra vez, a la nave de la
imaginación, agárrense fuerte.
Facundo
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