martes, 22 de abril de 2014

¿FELIZ SATURNALIA?

"Ya he besado cada plomo
con que mato y con que muero.
Ya se cuándo, quién y cómo."

Silvio Rodríguez

La habitación limpia



Uno de los requeterecontra difundidos motivos por los cuales mucha gente mira a la ciencia de reojo, es el hecho de su promoción, participación y encubrimiento en algunos hechos deleznables llevados a cabo durante la historia reciente. El problema es que esto no puede derribar todo lo demás. Sería algo así como pensar que nada bueno ocurre sólo porque la prensa informa de los hechos malos. El séptimo capítulo de Cosmos, una Odisea Espacio Temporal, conecta hábilmente un descubrimiento científico esquivo, como lo era la real datación de la edad de la Tierra con el inmediatamente posterior conflicto del plomo, que ocupó parte de la segunda mitad del siglo XX. Permítanme en esta oportunidad, extenderme un poco sobre el tema. El caso es ejemplar ya que se llevaron adelante comisiones investigadoras serias que determinaron que efectivamente no había algo así como cantidades naturalmente razonables de plomo en el ser humano y que, los, hasta ese momento niveles encontrados, fueron provocados exclusivamente por las emisiones de los combustibles. Esto a pesar de los enormes intereses de las petroleras y su poder creciente y ya instalado desde mucho antes. Menciono esto porque en la actualidad, los malos científicos siguen siendo mayoritariamente los que son contratados por empresas privadas u organismos con intereses particulares; la diferencia es que hoy en día, algunos de estos organismos, que antes no existían, son los denominados ambientalistas y también tienen sus intereses. A la gente en general, le cuesta muchísimo poder salir del libreto: empresas y gobiernos: malos, ONG´s y ambientalistas: buenos.
En muchos casos los papeles se cruzan y se filtra mala información, datos falseados o exagerados, estudios no concluyentes, etc. Un caso conocido y reincidente es el de los celulares, cada equis cantidad de tiempo sale una nueva noticia, que da vuelta todo el globo, informando que los aparatitos provocan cáncer. El cáncer es, especialmente, una coartada perfecta porque, comparado con otras enfermedades, lo sufre mucha gente y algunos son provocados exclusivamente por motivos ambientales (por ej el cigarrillo provocando cáncer de pulmón, el sol, cáncer de piel). Casos más específicos se pueden tomar seriamente como el envenenamiento por glifosato de Monsanto, que ya fue tratado por algunos países oficialmente. Otros, como el tema de los transgénicos, son famosos por la desinformación que los rodea, como por ejemplo el hecho de descartar totalmente el enorme beneficio que traen a la humanidad hoy, con sus miles de millones de habitantes en constante multiplicación. Lo importante, en definitiva, es tomar con pinzas los ataques y defensas grandilocuentes y dramáticos, ser realista y escéptico no sólo con los poderes “evidentes”. No es tarea fácil, muchas susceptibilidades afloran y sangre hierve por el sólo hecho de leer estas recomendaciones. Lo importante es no perder el eje. La ciencia trajo infinitamente más beneficios que que desgracias a lo largo de toda la historia, pero si no nos queremos poner a darle a valor a cada una de esas cosas, tarea que puede hacer diferir los resultados según quien la lleve a cabo, tengamos en cuenta esto: la ciencia es solamente la herramienta. Y el problema no radica solamente en aquellas palabras de Carl Sagan, cuando aseveraba que era una fórmula segura para el desastre que una cultura tan dependiente de la ciencia como la nuestra, desconozca mayoritariamente esos temas. El problema es que además de una herramienta, debería ser una actitud, un método y una disciplina digna de practicar por cada ser humano cada día de nuestras vidas. Los dejo con el episodio.


Saludos


Facundo



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