jueves, 6 de mayo de 2010

¿Existe la amistad entre el hombre y la mujer? -Juan Carlos Alonso-


Uno de mis referentes preferidos, el astrónomo, divulgador científico y ser humano ejemplar, Carl Sagan, solía decir que ninguna pregunta es tonta. Puedo decir que estoy de acuerdo, aunque al encontrarme con la clásica y polémica pregunta que da título a esta publicación me tienta a caer en desacuerdo. Sin embargo no lo voy a hacer, simplemente voy a decir que hay preguntas que son de respuesta obvia, o bien, hay preguntas que están mal formuladas. En este caso pienso que, en principio, ésta contempla ambas posibilidades.( y digo en principio por que hay algo más para decir al final) Por un lado, es de respuesta obvia: Sí, claro que existe, cómo no va a existir si millones de amigas y amigos lo confirman; y por el otro, es una pregunta mal formulada, ya que todos sabemos que lo que subyace y se cuestiona realmente, no es si una mujer y un hombre pueden ser amigos, si no que si una mujer y un hombre pueden tener una relación amistosa sin que se vea afectada en alguna medida por un interés sexual por parte de alguna de las dos partes, o bien por ambas.
Aclarada esta obviedad, podemos, ahora sí, preguntarnos ¿existe tal cosa entre personas de orientación sexual opuesta?
Sin duda la respuesta, en apariencia, puede resultar difícil ya que se trata de una cuestión muy “relativizable”, y para relativizar las cosas, hay que reconocer que las personas somos especialistas. Sin embargo no creo que sea tan complicada, lo que pasa es que para dar con ella tendríamos que, en primer lugar, despojarnos de un par de preconceptos establecidos de lo que entendemos por amistad, y luego es fundamental que seamos lo más sensatos posibles y no solo digamos lo que es socio/políticamente correcto, que generalmente suele ser lo que más nos conviene.

Para comprender qué quiero decir exactamente con esto de despojarnos de ciertos preconceptos de lo que entendemos por amistad lo primero que deberíamos hacer es asumir lo que realmente es una amistad.
La amistad, independientemente del sexo de quienes la experimentan, no solo es una afinidad mutua, una empatía, una complicidad, una comunión fraternal un compartir, un jugársela por el otro; aparte de todo eso es fundamental que también sea un equilibrio. Equilibrio que lo determina, a través del tiempo, como en toda la naturaleza, la relación costo/beneficio que hay entre ambos. ¡Puto el que escribe!* ¿Cómo endilgarle costos y beneficios a uno de los sentimientos más preciados y más “humanos” que hay?
No nos engañemos, en toda relación amistosa, como en cualquier otro tipo de relaciones, cuando uno da demasiado y el otro recibe poco, este equilibrio se rompe y la cosa deja de funcionar, hasta que llega un momento en que la amistad se va al cuerno, a menos, claro está, que las personalidades de ambos compatibilicen con esta aparente disparidad, que en ese caso también es una forma de equilibrio.
Tenemos que tener en cuenta que en este punto equilibrio, no significa justicia, si no simplemente que cada uno se beneficia según sus necesidades.
Por decir una metáfora financiera, a un amigo, al brindarles nuestra confianza, es como si le extendiéramos una tarjeta de crédito en confianza y actitud por una cantidad x de tiempo (y nuestros amigos a nosotros), mientras que a otras personas de nuestro entorno le solemos cobrar y pagar en efectivo. Para ser claro, a un amigo le tenemos más paciencia y tolerancia que al resto. Con esto, por favor que quede claro que no quiero decir que uno anda con una calculadora en el bolsillo sumando, restando, multiplicando y dividiendo periódicamente el debe y el haber de favores dados y recibidos a nuestros amigos, ya que estos cálculos no siempre lo hacemos de manera conciente. La calculadora esta en la cabeza.
Una vez que asumimos esto, que no es otra cosa que una realidad en las relaciones de este tipo (quien no lo haga, le pido que si tuvo la oportunidad de pelearse o distanciarse de un amigo, o simplemente haya surgido un conflicto, reflexione sobre las causas que lo produjeron y saque sus propias conclusiones con lo que respecta a una rotura en el equilibrio), ahora sí, podemos deshacernos de las clásica y falsa etiqueta “desinterés” que suele llevar estampada la amistad en su carta de presentación, y abocarnos al tema que nos ocupa:. La mujer, el hombre, y la posibilidad (o no) de una amistad sin sexo. (Bueno, sin sexo pero teniendo sexo, o sea, teniendo sexo pero cada uno el suyo…ustedes me entienden, sin tener relaciones sexuales, sin coger, follar, o como quieran llamarlo por más coloquial que sea…notarán que la expresión “tener sexo” por más aceptada que esté, la encuentro odiosa, ustedes disculpen)
Ahora, lo que debemos aclarar para hacer un análisis lo más limpio posible de esta cuestión es, a qué tipo de amistad nos referimos. Bien sabemos que una relación de estas no es algo claramente definido en cuanto a la intensidad. Uno puede decir se es más amigo, se es amigo, se es un poco menos, se es mucho menos, es muy variable. Incluso si comparamos la amistad entre un hombre y una mujer tiende a no ser lo mismo que una entre dos hombres o entre dos mujeres, cosa totalmente lógica.
En esta oportunidad entonces vamos a referirnos a los casos donde el intercambio de información personal, de gestos, de complicidades, de favores son de lo más fluidos y comprometidos, lo que cualquiera diría, dos muy buenos amigos; ya que si contemplamos los casos de amigas y amigos que no los son tanto, y sólo comparten algunas cosas sin demasiada profundidad o compromiso, entonces, sin duda alguna, mi reflexión final (conste que no dije conclusión) se vería mucho más favorecida, ya que conforman la gran mayoría de los casos.

Bien, entonces tenemos como ejemplo a una ella y a un él que se conocen bien, se tienen confianza, comparten cosas en común, se amparan, se miman, se quieren, peeero (con tres e, agréguenle mas si lo desean) no se gustan. ¿O si? Bueno si, un poco si, pero no tanto como para intercambiar flujos y fluidos.
Acá es donde, como dice metafóricamente el cantautor cubano, Silvio Rodríguez: “pateo un piedra, levanto polvo que da deseos de toser” (en caso que le de tos lo que sigue, no hace falta que se coloque barbijo ni que se tape la boca, el tiempo me ha hecho desarrollar anticuerpos, así es que escupa sin problemas sus comentarios a la cara si lo desea)
Lo lítico que debo decir, en este ejemplo que tenemos, es que aparte de costos y beneficios, y de los intereses personales de cada una las partes que existen ,como ya vimos en cualquier amistad, independientemente del género, debemos sumar palabras tales como estadísticas, diferencias de género y aparte sumarle una cuestión, que lejos de ser menor, no podemos dejar pasar por alto, justamente el sexo, ya que en muchas ocasiones, éste se utiliza como herramienta de manejo de la relación amistosa, y esto ocurre generalmente de manera implícita por supuesto, de la misma manera que sucede en otro tipo de relaciones humanas, solo que en esas instancias se emplea de manera más sutil o suavizada.(a menos que se trate de una relación de pareja en la cuál llega un momento en que se puede potenciar- y mucho-)
Para ordenar todo esto debemos tener en cuenta que la sexualidad del hombre y de la mujer es diferente. Siendo una de las grandes cualidades que hace esta diferencia precisamente el costo que tiene una relación sexual para los unos y para las otras. Si, por más que hace muy poco tiempo sepamos sobre el calendario de fertilidad, y hace mucho menos aún, seamos concientes, en lo cultural, que los anticonceptivos son bastante efectivos y el hecho de tener una relación sexual no implica necesariamente embarazo, si no placer; el mandato genético, instintivo e inconciente, nos dice de manera muy clara que un polvo es mucho mas costoso para una mujer que para un hombre. Aunque en realidad, la que determina dicho costo es la naturaleza, y le mandato genético es el que tiene consecuencias directas en nuestro comportamiento. Es por este motivo que el hombre generalmente es el que propone y la mujer dispone (y cuando la mujer propone es porque ya lo tenía dispuesto con antelación).Lamentablemente, nuestra naturaleza instintiva aún no sabe de pasar manutenciones por hijos y nos protege. En pocas palabras, a los hombres un polvo les cuesta muy poco y a la mujer le cuesta mucho si la consecuencia subyacente de esto fuese un embarazo sin la garantía de haber asegurado su pareja como ¿dios manda?
¿Por qué traigo aquí la diferencia de costo en la sexualidad entre uno y otra?
Lo hago para relacionarlo con la estadística. ¿Y que nos dicen las estadísticas? No se preocupen, para tenerlas no hace falta acudir al INDEC, sólo con prestar un poco de atención, mirar alrededor, preguntarse a uno mismo y formular a los demás las siguientes preguntas, es más que suficiente:
En una pareja de amigos Hombre/Mujer (heterosexuales), teniendo en cuenta, tanto lo mucho que dure, como también lo poco que haya durado en el tiempo la misma ¿Cuantos casos conocen que en algún momento de ese tiempo, aunque sea una sola vez, ya sea por una copa de mas, por el efecto de un porrete, por un día de sensibilidad de alguno, por una confesión, o por lo que sea, hayan terminado en la cama? ¿Cuántas casos hay que por más que no hayan terminado en la cama, en circunstancias similares, alguno/a de los dos lo haya propuesto y tras la negativa del otro/a, al día siguiente, todo volvió a la normalidad aduciendo estar colocado/a o confundido/a, restándole importancia al tema? ¿Cuántos casos hay en que hubo un segundo de deseo y ninguno se animó a hacer nada tal vez por temor a cagarla? También vale la pena preguntarse: Cuando comienza una potencial amistad y dura relativamente poco ¿Cuáles son los motivos de la finalización de la misma? (no sólo los aparentes, hurguen un poco más a fondo y tal vez en lugar de oscuridad encentren algo de luz).
Las respuestas a estas preguntas nos muestran un claro panorama estadístico de la tendencia generalizada, claro que para poder ver los resultados hay que responderlas valiéndonos de el segundo requerimiento que mencioné al principio, la sensatez, ya sea la propia al revisar nuestras experiencias, como la que necesitamos tener de quienes responden a estas preguntas. Generalmente si los encuestados son nuestros amigos/as, este tipo de cosas las suelen contar a lengua suelta, así que de momento no hay mayor problema con esto, entonces, mejor guardemos la sensatez para el final porque la vamos a volver a necesitar y en mayor medida.
Otro interrogante que resulta interesante formular porque nos aporta más datos, aunque sea de forma, esta vez, indirecta, sería: teniendo en cuenta que hoy en día el tema de homosexualidad está mucho más asumido y expuesto ¿Cuántas mujeres tienen amigos gay y cuantos hombres amigas lesbianas? (A lesbianas de ley me refiero, las de la primera hora, no a las lesbianas de las fantasía que suelen tenerlos tipos, tampoco para ninguno de los dos casos cuentan los de preferencia bisexual porque podría implicar interés)
Mmm ¿los números son disímiles verdad? ¿Por qué será tan grande la diferencia?
Si ponemos el interés sexual como posible repuesta, seguro nos dará una buena pista que no hace falta ni siquiera aclarar.
Ahora, veamos como comienza a interactuar entre sí todo lo mencionado, para ello, debemos considerar que por más que estas situaciones suelen ocurrir en algún momento aislado de la relación, no ocurren todo el tiempo. Y es en este punto donde debemos dejar de lado los casos que ya vimos en los que la relación sexual se concretó, y apuntar a los que se propuso y no llegó a darse por negativa de alguna/o. Independientemente de que, como mencioné recién, por costumbre lógica y natural el hombre suele proponer y la mujer disponer, ya que bien sabemos que la mujer también propone, pero de manera diferente, preparando el terreno para la proposición, por decirlo de algún modo; decía, independientemente de esto ¿Cuántas son las ocasiones en que el “confundido” al hacer la propuesta es el hombre y cuántas veces es la mujer?
¿Otra vez números dispares? Caramba.
Esto nos da una clara pauta que, en aspectos generales, mujeres y hombres tienen definitivamente intereses diferentes, lo que en consecuencia nos indica que el costo que hay en juego al involucrarse sexualmente, como ya lo dije, también es diferente. Si volvemos por un momento a los casos en que sí terminaron en la cama, deberíamos observar- excluyendo ahora aquellos en que sólo sucedió una única vez- y analizar cuánto tiempo duró ese tipo de relación, o bien, cómo siguió, si se convirtió en otra relación, si siguieron las cosas como estaban, si nada volvió ser igual o si simplemente se terminó. Normalmente, menos que siga todo igual, las otras opciones resultan mucho mejores candidatas.

¿Por qué? Otra vez. Por el costo. No me voy a explayar ahora en detallar la diferencia en el accionar sexual de ambos géneros, eso quedará para otro día, pero sí voy a decir que si una mujer, eventualmente, busca una relación sexual “ocasional” por el motivo que fuere, es mucho más probable que la busque en un conocido de su entorno o directamente en un desconocido antes que en su amigo, porque los intereses que tiene en su amigo son otros (generalmente mas prioritarios), ya se amparo, contención, comprensión, etc. Y esto sucede, porque una chica, al decidir meterse en una cama en estas circunstancias particulares con alguien, activa un mecanismo mucho más complejo que en ocasiones le lleva hasta a “mentir” una insinuación subyacente de asegurar pareja, o sea, por mas que ni le interese en lo más mínimo volver a involucrarse sexualmente con esa persona, de todas formas es muy posible que diga frases como “la pasé bárbaro” o “¿me vas a llamar otro día?”: Hacer esto con un verdadero amigo sería arriesgar demasiado los otros interese. Para el hombre, en cambio, en circunstancias similares, lo más factible es que no haga discriminación alguna entre, si es su amiga, su conocida o su desconocida, le da igual, a lo sumo lo limita el costo que tiene que pagar a posteriori de haberse metido en la cama con su amiga y no el de la revolcada en sí.
Ahora es cuando me gustaría dejar algo importante en claro:
Una de las personas consideradas más brillantes del siglo XX, el físico y genial Richard Feynman, cuando hacía referencia a los expertos en ciencias sociales, solía definirlos como gente que se dedicaba a la palabrería, que por el momento (ahora, pasados unos años, de a poco la cosa va cambiando) no se basaban en ninguna prueba empírica para describir la realidad. ¡Y cuánta razón tenía! .es muy posible que yo, siendo un simple observador del entorno, y bien lejos de ser experto, esté haciendo lo mismo al reflexionar de esta manera (lo tengo más que claro)
¡Ya me gustaría a mí poder aplicar el empirismo! Convocar unas cuantas parejas voluntarias de amigos y, sin que sepan previamente el propósito de la experiencia, hacer que las chicas, en la intimidad, les propongan sexo a sus amigos de una manera convincente, a ver cuántos acceden alegremente y cuantos se niegan escandalizados o compungidos, para luego repetir la experiencia a la inversa y comprobar cuántas de ellas en honor a los valores de la amistad dicen que sí y cuantas mediante las más imaginativas razones (o excusas), o bien , excusas (o razones) (para que no interpreten suspicacias) dicen que no.
De todos modos algo así sería muy difícil, por no decir imposible, de llevar a cabo, sin embargo, aparte de la observación del entorno de manera lo más realista posible, hoy contamos con mucho más conocimiento sobre nuestra naturaleza del que teníamos tanto más tiempo atrás. Utilizando ambas herramientas y sumándole la propia experiencia (que sin presumir, no es poca) en el camino recorrido hasta hoy pude analizar este tema tal cual lo han leído.
Para finalizar mi reflexión o intento de respuesta a la pregunta (que, como ya dije, no es conclusión, justamente por lo que acabo de mencionar) sería la siguiente:
Hubiese sido mucho más sencillo, recurriendo a la mecánica que vine utilizando de observar y preguntara nuestro entorno, simplemente formular la pregunta inicial directamente y darnos cuenta que, generalmente, la mayoría de la chicas suele responder que si, que existe la amistad sin sexo de por medio, y la mayoría de los chicos suele responder que no. Un detalle curioso, que no es más que una impresión personal, es que si contemplamos las respuestas también de las minorías encuestadas, me parece a mí que la chicas que responden que no existe, son las que más conocen a los hombres y los chicos que responden que sí, son justamente los que menos conocen a las mujeres. Entiéndase conocer, por el hecho de interactuar y relacionarse de la manera que sea. Decía que hubiese sido más sencillo sí, pero no hubiera bastado. Es por eso que espero que todas las preguntas subsiguientes que se formularon aquí hayan servido para esclarecer un poco más el tema, ya que no solemos tener en cuenta, a la hora de discutir estos temas, nuestra propia naturaleza. Demás debería estar tener que aclarar, que cuando hablamos de diferencias de género estamos sólo contemplando el aspecto que determina nuestra naturaleza, pero lamentablemente aún no está de mas hacerlo, así es que lo aclaro igual, porque vivimos en tiempos donde las inmensas mayorías aún creen que todos somos iguales antes los ojos de ese que no se ve. Y no es así. Todos somos (o deberíamos, eso de a poco intentamos) ser iguales antes los ojos de la justicia y de los derechos. Tengo la firme convicción ( detesto decir en estos casos” estoy convencido” porque nadie me convence) que cuánto mas conozcamos y asumamos nuestra propia naturaleza menos más allanado y menos confuso será nuestro camino hacia una mejor convivencia.

Para despedirme, a quien no sólo no esté de acuerdo, sino que además piense que esto es toda una sarta de incoherencias, y crea que nada de esto es posible que sea lo más factible que en algún momento suceda en una amistad, tanto de un género como del otro, sólo le digo que tenga un poco de paciencia...En estos casos es donde la pregunta obvia del principio, al final puede no resultar tan obvia.
Si queremos conseguir un amistad prácticamente segura entre un hombre y una mujer sin que haya intenciones sexuales a futuro, los estudios realizados nos dicen que la posibilidad más factible que esto se de, es cuando estos, desde lactantes y durante su infancia se crían juntos, ya que al crecer se comportan como si fuesen hermanos, cosa que no es un dato menor,aunque si algo ilusorio de conseguir.
También habrá quienes estén de acuerdo con lo que digo y habrá quienes no, así como habrá quienes lo estén en parte y en parte no, lo importante es tener en cuenta algunos puntos que antes no se tenían, para poder discernir de una manera más completa, Y para esto, necesitamos toda esa carga de sensatez que recomendé antes guardar para el final, la cual únicamente la podemos hallar, sólo si nos miramos muy profundamente para adentro, hasta los mas íntimo de nuestras células, porque allí mismo nos vamos a encontrar con unos personajes que hace muy poco nos enteramos de su ancestral existencia y llamamos genes, los cuales nos tienen mucho más controlados de lo que creemos. Por suerte, la evolución por selección natural dio con la maravillosa novedad que resultó ser nuestro cerebro, el único capaz de conocer y, en parte, controlar a estos picarones egoístas. Si nuestra intención es replicar el altruismo, piedra fundamental de la amistad entre las personas, cuanto más los conozcamos, primero, mejor será para nosotros ya que convivimos con ellos (de paso le damos comidilla a su egoísmo) y luego, como es sabido, si nos conocemos bien a nosotros mismos, lo que implica estar bien con nosotros mismos, es mucho más factible que transmitamos a los demás el bienestar y el altruismo. Sólo es cuestión de hacer el cruce entre todos y dar el paso de una vez por todas.
Sé que en estas reflexiones muchos casos puntuales quedaron afuera, pero eso podemos continuarlo y debatirlo en los comentarios, así es que bienvenidos sean.

Saludos

Su “amigo” Juan Carlos



* Lejos de cualquier intención despectiva o discriminatoria, es una modificación irónica del graffiti original “Puto el que lee” que el historietista Roberto Fontanarrosa popularizó en forma aún mas masiva


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10 comentarios:

Luz dijo...

Estoy bastante de acuerdo con todo, lo que no implica que estes cuerdo Coqui!
SObre todo en la parte que denominas o definis a la amistad como el equilibro, la relacion costo/beneficio que se da entre dos personas.

Valeria dijo...

Pues yo también coincido contigo, sabes que yo me llevo mejor con los hombres que con las mujeres, pues los hombres es difícil que le tengan envidia a una mujer, en cambio entre mujeres es imposible no encontrarse con alguien que habla mal a tus espaldas.
No sé, tal vez también en mi caso pudiera tener algo que ver el que en mi familia somos puras mujeres y eso me hacía de cierta forma apegarme mas a las amistades masculinas.
A veces quisiera tener un amigo gay jaja.
Pero bueno me sobran dedos de las manos para decirte quienes son mis amigos, pues para mi una cosa es ser "amigo" y otra "conocido" solo que la palabra amigo se usa para generalizar a cualquier persona que se conoce.

Saludos y beso!

Juan Carlos Alonso dijo...

Y bueno Lù, etoy cuerdo!!! y ¿serà por eso que somos buenos amigos? Vos podrìas ser,en apariencia, la excepciòn a mis argumentos pero seguramente tendràs acultas intenciones para conmigo y no te animasssss a decirme... Por mi parte,bien sabràs que serìa incapaz de ni si quiera insinuarte la màs minima expresiòn o propuesta con intenciones sexuales... Dios me libre y me guarde si algo de eso hiciere o siquiera insinuare en algùn momento de mi vida!!!

Vale, es cierto si vamos a la realidad a casi todos nos sobran los dedos de la mano(o del pie ¿por que no?) para contar lo verdaderos amigos..ya que como bien decis ahora se usa mucho la palabra amigo para calificar a concidos e incluso ahora hasta algunos desconocidos,pero bueno eso tambèn tiene su lògica para opacuficar un poco la cosa en relaciones ocacionales, aunqeu al final tèmbie puede traer inconvenientes consecuencias.
Un familia de mujeres si!!!!!!!! creo que el rostro de una sobrina tuya me siegue retornando a la memoria cada vez que quiero pensar en algo lindo!! jejje

besos a ambas y gracias por sus comentarios

Lola - Aprendiz dijo...

Hola Juan Carlos, una vez más un post que me frustra la conversación a mano de una copa y un pitillo y es que en estos temas la palabra escrita mitiga mi pasión de charlatana.
Valiente y acertada tu definición amistad, no hay más, así son todas las relaciones humanas, una empresa; extirpando mi lado sentimental fallido te diría que quizás la amistad sea el sentimiento que mejor podamos sostener en el tiempo.
En cuanto a , si existe la amistad entre hombre y mujer te diría que si, pues para mi la amistad no es cosa de genero sino de personas , otra cosa es que mentalmente hayas superado el pesado sexo impuesto y tengas las aproximaciones sexuales que te de la gana porque hablamos de instintos naturales, parezco primitiva pero no quiero olvidar mi lado animal je..la experiencia también me enseño que hay sexo mucho menos pesados que sus dueños., ahora tu me dirás hablas de tamaño o aburrimiento jeje .

Saludos consentidos.

Juan Carlos Alonso dijo...

Hola Pecado ante todo espero hayas pasado lindo tu cumpleaños.Es cierto que estos,son excelentes temas para debatir o de roncito de por medio. Como bien decis la amistad no es cosa de genero, lo que yo digo es que el gènero influye mediante la diferencia en los intereses da cada uno de ellos.
Yo tampoco quiero olvidar mi lado animal, mi intenciòn es comprenderlo y entender como influye en nuestro comportamiento cotidiano...ya que muchas personas que lo niegan cuando este se hace presente en su accionar suelen confundirse.De hecho pienso que el asumir ese pasado nos va a permitir modificar y amoldar la cuestion moral a nuestras necesidades actuales.
Lo que no me quedò muy en claro canarita guapa es a què te referis exacatamente con lo de la "pesadez" del sexo...

te mando un beso T

Lola - Aprendiz dijo...

El "pesado" sexo impuesto, es decir , la "carga" cultural sexual recibida,impuesta ...compromisos, reproches, tabúes, estigmas, religión, heteroxesualidad etc.

Hay una ósmosis entre sexualidad y existencia, es decir que si la existencia se difunde en la sexualidad, recíprocamente la sexualidad se difunde en la existencia, de modo que es imposible determinar, en una decisión o acción dada, la parte de la motivación sexual y la de otras motivaciones; es imposible caracterizar una decisión o un acto como sexual o no sexual... la sexualidad es todo nuestro ser"

(Merleau-Ponty, Fenomenología de la percepción, 1975)

Juan Carlos Alonso dijo...

Ahora quedò mas claro,a què hacìas referencia, pecado...gracias

Anónimo dijo...

al final lo conseguí, encontré tiempo. Total coincidencia contigo en tu forma de ver las relaciones: equilibrio..definido por los usuarios por supuesto y ampliado a todo tipo de relaciones. Partiendo de la base empirica de nuestra propia experiencia, que por supuesto es solo una visión subjetiva y sesgada, mi respuesta seria si. Pero, siempre hay un pero, depende de como definamos amistad y teniendo en cuenta que el sexo es una expresión mas de nuestros sentidos, ¿quieres decir que no puede haber amistad con sexo? ¿porque la amistad excluye esa forma de expresión primitiva y natural? Pienso que la amistad no depende del sexo, pero si que irremediablemente acaba surgiendo el deseo, sea hombre o mujer. Luego, están los filtros sociales y psicologicos que nos hacen elegir, y valorando las consecuencias decidimos si en una relación introducimos esa forma de comunicación o bien, nos limitamos al contrato inicial para no romper el equilibrio. Todo depende de las intenciones y espectativas de las partes contratantes...ahi es donde estan las consecuencias...muchas relaciones amistosas en las que ha habido sexo, se han roto por las espectativas distintas de cada uno...pero tambien existen relaciones amistosas en las que ha podido courrir y ha servido como un mecanismo de conocimiento mútuo aún mayor. El problema es cuando te enamoras, la amistad se rompe dando lugar a nada o a otro tipo de relación...enamoramiento entendido como una fantasia en la que todas las cualidades del que tienes enfrente son aptas para ser candidato a formar un nucleo familiar...eso ya tiene otro nombre...Para acabar, creo que en la amistad, siempre hay atracción, y en la mayoria de los casos, también sexual. Con eso no quiero decir que me follaría a todos mis amigos y amigas, sino que en lo mas profundo de mi ser, recozco haber tenido instantes de deseo hacia la mayoria de ellos. En unos casos ha sido fugaz y en otros un poco mas persistente, pero en general no me he enamorado de ninguno de ellos, sino ya estaría en pareja, jejeje. Un beso amigo. Sonia

Juan Carlos Alonso dijo...

Hola Sonia
Ante todo apercio mucho la sinceridad de tu comentario.
Para responder a tus preguntas, te digo ese ese es uno de los temas que quedó fuera de este post, ya que pretendía profundizar en la premisa de lo opuesto. Sostengo que sí puede haber amistad con sexo, primero porque en cualquier pareja formalemnte establecida la amistad no puede quedar exculida, y segundo (que es en el sentido al que apunta tu pregunta) pienso que también se puede dar, de hecho un gran porcentaje mis relaciones, también se dieron en el marco de la amistad. Pasa que con el tiempo, como bien decis al final, los interese comienzan a ser dipares y es logico que se vean interrumpidas. Lo bueno es cuando la amistad continúa

te mando besos

Anna dijo...

Es mi nariz la que decide si hay deseo o no. Luego más tarde veré si puedo tener una amistad con esa persona, pero mi nariz ha decidido antes.
¿A alguien más le pasa?