martes, 2 de junio de 2009

El Replicador de Sueños

“Venga el futuro, venga la muerte en optimismo para aquellos que yo se, que como yo, nacieron para navegar”

- Silvio Rodríguez –



Dejando en tierra firme el lastre justo y necesario, que está hecho con deshechos de lo recolectado durante un largo viaje andado a pié, decidimos en este próximo trecho, echarnos a navegar en el Replicador de Sueños, un barco medio escuela y medio pirata que está construido con nuestras propias manos y con la mejor madera, su diseño, ya verán, es algo rústico pero con detalles elegantes. Sus velas, curiosas buscadoras de vientos favorables, están montadas sobre tres palos. Hacia la proa está el trinquete, construido con madera extraída del bosque de una cultura lejana, hacia la popa la mesana, un árbol particular que descubrimos escudriñando en la selva de una cultura mas reciente, y el cual aún mantiene sus ramas; luego, en el medio de la quilla, se alza el mástil mayor, éste construido con un tronco que provine de una cultura floreciente, producto de una simbiosis entre las dos anteriores.
En este barco hay compartimentos (que no son secretos) infestados de tesoros de valor incalculable, algunos de ellos son ideas, hay viejas ideas respetadas y viejas ideas renovadas, también hay nuevas ideas respetables y nuevas ideas renovables; otros son criaturas, libres e increíbles, en las cuales ya podemos creer, observar, aprender de ellas y dejar nuevamente en libertad, hay archivos repletos de buenos memes y enlaces a otras embarcaciones enormes y listas para abordar, tenemos una buena suma de interrogantes, en los cuales nos podemos sumir y discernir, escudriñar y reflexionar, ver e incluso responder; cofres llenos con historias de la historia en general, y de la historia propia y personal, también llevamos arcas desbordadas de sueños que fueron soñados por gente bien despierta y muchas veces desvelada, sueños que son, o bien, serán en el futuro parte de una realidad, en fin, montones de buenos sueños que son necesarios replicar.
Como ven, contamos con un vasto botín y estamos dispuestos a compartirlo, así es que bienvenidos a bordo, amigos y conocidos, cautos e incautos, desconocidos y enemigos, súbanse todos, siempre en la bodega hay buen vino, un sitio para la charla y el pensamiento crítico y por qué no las risas y la música, intercambiemos ideas y luego, al amanecer, si lo desean, pueden saquear los tesoros y llevárselos todos, carguen sus botes y alcancen otras costas, pero los pongo en preaviso: no los entierren, hoy de nada sirven bienes enterrados, a la larga el sol pone luz sobre todas las cosas, y algunos ojos bien abiertos siempre estarán bien dispuestos a encontrarlos para desempolvarlos y partir en nuevos viajes para continuar replicando.
Sabemos que nos aventuramos a una travesía algo extraña, navegar por la red (con toda la contradicción semántica y las suspicacias que esto implica), también somos concientes de los peligros a los cuales nos enfrentamos, así como la calle está dura, la red está enredada, y llena de navegantes combativos que vienen bien armados, pero no es motivo de preocupación, tenemos con qué defendernos, culebrinas abastecidas con pesadas balas de razón, munición de escepticismo y baterías de evidencias, que repelen cualquier ataque con el solo hecho del análisis y la comprobación. Con eso es suficiente para defender nuestra mayor riqueza que llamamos Conocimiento.
Esta noche la luna gravita llena y estamos a merced de su mecer de la marea. Zarpamos con rumbo desconocido, pero siempre con la brújula en la mano y las estrellas en los ojos, no necesitamos guías divinos, cartas astrales ni la fuerza de la sobrenaturaleza, pisamos firme sobre cubierta y así nos mantenemos a flote, vamos en busca de nuevos tesoros, extrañas culturas, desconocidas especies, mundos realizables en sueños posibles. Ya soltamos amarras, las velas se hinchan y se encienden, echando luz sobre la oscuridad venidera, iluminando nuestro tiempo y provocando un minúsculo destello, que a la distancia mas inimaginablemente lejana, va dejando una señal de nuestro paso por este extenso camino evolutivo, un brevísimo parpadeo en la totalidad de la visión de un universo ciego que nos es humanamente indiferente. Nuestra oportunidad es ahora. Ya sentimos la brisa en la cara, signo que avanzamos directo hacia una nueva aventura…
la aventura de existir…




“¿No es triste irse a la tumba sin llegar a preguntarse por qué has nacido? ¿Quién, ante semejante pensamiento, no habría saltado de la cama, ansioso por comenzar de nuevo a descubrir el mundo y regocijarse por ser parte de él?”

- Richard Dawkins -

No hay comentarios: