martes, 9 de junio de 2009

Primero, lo primero

"La felicidad no está en la ciencia, sino en la adquisición de la ciencia"
- Edgar Allan Poe -
¿Por qué embarcarnos en la tarea de replicar ciertas ideas? Muy fácil. Porque es necesario. Ante tantas incertidumbres que vemos en nuestro entorno, sentimos la urgencia de hacerlo y tenemos la preferencia de mostrar ciertas ideas a ideas inciertas.
La ciencia, sin duda, aunque utiliza la duda como motor, es la mejor herramienta que tenemos para construir las certezas que, como personas que somos, necesitamos para vivir. Muchas veces algunos son reticentes a reconocerlo, otros lo aceptan hasta cierto punto y hay quienes incluso hasta lo niegan enérgicamente, esto se debe, creo yo, a que en muchos casos nos resulta difícil de entender, y nos da un poco de miedo asumir nuestra ignorancia(no en sentido despectivo) con respecto a determinados temas, entonces preferimos restarle importancia y nos limitamos a hacer uso de los beneficios de sus subproductos, ya sea la tecnología en todas su ramas, las soluciones en medicina, etc. Hay también a quienes directamente no les interesa. En el día a día ocupamos la mayor parte de nuestro tiempo en procurar los medios para poder sustentar nuestras necesidades, cada cual las suyas en la medida que sea, abocándonos a nuestras tareas profesionales y rubros específicos. ¿Qué pasa con nuestro tiempo libre? Generalmente lo solemos dividir entre las tareas del hogar, la atención a la familia, las relaciones sociales, las sexuales, el entretenimiento (que en algunos casos es simple distracción), informarnos, el descanso, quizás pasear un perro, y algo de cultura. Obviamente no soy quién para decir que debe hacer cada uno con su tiempo libre y tampoco es mi intención, pero sí puedo resaltar la importancia de lo bueno que es tener, aunque sea, una noción generalizada de diversos conocimientos en materia de ciencia. Me podrán decir justificadamente: ¿De qué me sirve a mí enterarme sobre la mecánica cuántica si aún no se enteran con certeza de qué va, los mismos que la postulan? o ¿para qué quiero yo saber de la relatividad general si no la puedo aplicar en mi barrio? O bien ¿para qué necesito saber las propiedades de la arena si mi celular o mi computadora ya los compro fabricados, los enciendo y funcionan? Es posible que las respuestas a estas cuestiones no resulten de vital importancia para quienes no le interesen estos temas. Estamos de acuerdo. Tal vez, con respecto a lo muy grande o distante y a lo muy pequeño, sí nos resulte útil echar una mirada cada tanto a través de un telescopio y de un microscopio, ya que es un buen ejercicio para tomar real conciencia de nuestra dimensión humana, tan insignificante y tan enorme a la vez.
Ahora bien, hoy hay otras ramas emergentes de la ciencia que pueden responder, o bien, empezar a echar un poco de luz y hacernos pensar sobre preguntas cuyas respuestas tienen mucho que ver con nosotros y con los problemas a los cuales nos tenemos que enfrentar cotidianamente. Especialidades tales como la biología evolutiva, la neurociencia, la psicología cognitiva, la etología, la genética, la informática, ya rompieron viejos muros que habían levantado las manipulaciones políticas y hoy podemos abordarlas sin miedo a prejuicios, a racismos o sexismos. Con la misma intención que mencioné antes sobre tomar conciencia de nuestra dimensión en las distancias, sería igual de útil tener en cuenta la ubicación que tenemos en el tiempo, asumir realmente que venimos de un largo camino evolutivo, de un antepasado que hoy llamaríamos animal y del cual todavía quedan rasgos en nuestro comportamiento que a veces nos desconcierta..A partir de ahí nuestra visión de humanos cambia totalmente y se agudiza, empieza a comprender, al ver que la diferencia está en nuestro cerebro, maravilla de la evolución y no de alguna creación divina, por favor les pido, dejemos de subestimarlo, no veamos como algo malo o frío, el ser racional, en nuestros cerebros cabe todo, desde lo que consideramos bueno a lo malo, el concepto de egoísmo y altruismo, los sentidos, las emociones, los sentimientos más profundos, la imaginación, nuestra personal concepción del mundo, y tal vez lo más importante, la percepción de anticipar el futuro. En este punto me parece necesario hacer especial hincapié. En los próximos años, ya hay indicios, vendrán debates importantes en los campos de la ética, la genética, los recursos energéticos, la propiedad privada, la inteligencia artificial, las comunicaciones, y seguramente muchos más. No podemos no tener idea de estos temas, no podemos “no querer pensar”, sabemos lo peligroso que resulta dejar esa tarea a otros, ya tenemos una pésima experiencia en cuestiones políticas por ese mismo motivo. También llevamos invertido mucho tiempo en creencias sobrenaturales, ya cumplieron su función. Hoy crecimos. Nuestro cerebro funciona en ciertos aspectos de forma similar a una computadora, o mejor dicho, viceversa, con la diferencia que nuestro cerebro es millones de veces mas funcional, exceptuando cálculos y acumulación de datos. En materia de ideas nos resulta muy cómodo y económico, pero nada bueno, acostumbrarse a “copiar y pegar” sin hacer si quiera un proceso previo.
Las cabezas de los científicos son muy complejas, por suerte para nosotros, algunos de ellos tienen la habilidad y hacen el esfuerzo de trasmitirnos las ideas de una manera que nos resulta más comprensible a los que nos dedicamos a otras cosas, son los divulgadores, luego hay periodistas, y también hay mucha gente como nosotros, que por simple afición, y ahora con algo de tiempo disponible, hacemos esta tarea, desde el más bajo escalón, recopilando y resumiendo información previamente procesada para que ustedes la puedan procesar también, y no les quite demasiado tiempo, no intentamos imponer ideas, sino simplemente, entreabrir una puerta que nos permita asomarnos al conocimiento de este tiempo que, por suerte, nos toca vivir. Sé muy bien que la ciencia no es el único camino, pero creo sinceramente, que es el más firme y seguro que se construye de a pasos por el cual podemos avanzar. Y a quien prefiera tomar viejos senderos supuestamente ya trazados y con promesas luminosas que terminan resultando azarosos y oscuros, les deseo buen viaje, si se llegan a perder, ya saben cómo actuar, es cuestión de buscar una falda de donde aferrarse, cuando llegue el momento de llorar.

Saludos
Juan Carlos

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