miércoles, 29 de julio de 2009

Sobre memes y temes ¿qué son? -Susan Blackmore-

"Somos el eslabón con los ancestros y al milenio acabamos de despedir, hijos de una cultura que se fue y nos dejo aquí para alumbrarle el paso al porvenir."

-Fernando Delgadillo-



Hoy retomamos un tema que ya habíamos empezado a abordar en una publicación anterior de este blog titulado Un virus infeccioso mediante una charla del filósofo Daniel Dennett: los memes.
Sin duda, la memética es una disciplina que para algunos, su estudio resulta apasionante pero que más allá de eso, sería conveniente que todos tomemos real conciencia del lugar que ocupan los memes en nuestras vidas (que no es poco) y cómo es su funcionamiento.
Primero Charles Darwin, intuitivamente, dio con la punta del iceberg al advertir que en el lenguaje “La supervivencia o la preservación de ciertas palabras favorecidas en la lucha por la existencia es selección natural.”. Más tarde, y ya con conocimiento de la genética, Richard Dawkins profundizó sobre la manera análoga en que actúan los genes y estas unidades de información cultural a las que llamó memes. En la actualidad, la catedrática en psicología cognitiva Susan Blackmore va un paso más allá y nos pone en preaviso sobre la gestación de un tercer replicador al que ella llama teme y lo expone en el final de esta conferencia.
Otra vez nos enfrentamos a una idea peligrosa de éstas que son fáciles de malinterpretar y de manipular, y en este caso no sólo es peligrosa por estos motivos, sino que luego de comprender el concepto de lo que es un teme e imaginar sus implicaciones no sería extraño que nos resulte realmente una idea de temer. No nos asustemos de los temes, es bueno tenerlos en cuenta para detenernos a tiempo y encontrar equilibrio en el futuro, sin embargo creo que es más útil que ahora nos ocupemos de los memes. Mucha gente siente un efusivo rechazo cuando escucha definiciones tales como “somos máquinas de supervivencia programadas a ciegas con el fin de perpetuar los genes egoístas que albergamos en nuestras células” o bien, que “nuestros cerebros son máquinas capacitadas para imitar general o selectivamente un modelo”. Tal vez este rechazo surja porque dichas definiciones supuestamente atentan directamente contra la más humana de la cualidades, nuestro libre albedrío, también se entrometen y restringen uno de nuestros más preciados valores como lo es nuestra libertad. Este es un tema sobre el que tenemos hilar muy fino y con la mayor humildad posible, ya que si lo analizamos con detalle podemos darnos cuenta que nuestro albedrío no es tan libre como pensamos, ni nuestra libertad es tan amplia como creemos. Es cierto que no somos sólo la primer definición como así tampoco sólo la segunda, sino que somos una mezcla de ambas. Por un lado, recibimos los genes de generación en generación de manera vertical, y por otro recibimos memes, algunos de estos también de forma vertical, pero la mayoría en forma lineal u horizontal a través de nuestro entorno. Muchos de estos memes los elegimos por decisión propia y otros sin pensarlo demasiado. Finalmente algunos memes los creamos nosotros y los introducimos en el acervo memético con la esperanza que su replicación sea exitosa. Pienso que una de las consecuencias de esta combinación de horizontalidad y verticalidad es que estemos tan cruzados y que tengamos tantas dualidades a la hora de definir cosas que estén bien o estén mal en diferentes aspectos como por ejemplo pueden ser la moral, la justicia o incluso los sentimientos. Esto no es otra cosa que la batalla que se libra en nuestros cuerpos entre viejos genes ancestrales y nuevos memes exitosos(en sentido de tiempo evolutivo), ambos naturalmente egoístas que compiten entre sí aunque incluso a veces formen alianzas, ya que es imposible que en la raza humana existan los unos sin los otros. No nos gusta la idea de vernos como máquinas portadoras de estos replicadores que manejan nuestras vidas porque es como si el yo quedase desplazado, pero pensemos en qué es lo que hacemos cuando combinamos dos memes diferentes y se nos ocurre una idea nueva ¿no nos ponemos a trabajar con dedicación para que ésta se transforme en nuevo meme y tenga éxito? Si para llevarla a cabo se da el caso que surge un pequeño o gran dilema moral a quebrantar ¿no depende que sigamos adelante o no, del temor al riesgo que corremos en manchar nuestro apellido o nuestro nombre? Viendo casos especiales de personas que tuvieron grandes ideas, la mayoría ¿no dedicaron sus vidas a ellas de manera obsesiva resignando atención a las familias o a otras actividades?
Acaso después de muertos, en diferente medida, desde un Einstein para la humanidad, tanto como el más común de los desconocidos para un par de generaciones de familiares descendientes, sus nombres, sus historias o sus legados ¿no se convierten también en memes?
Trabajamos para memes en beneficio de nuestros genes. Hace poco tiempo empezamos a decodificar el código genético y sus resultados van a traer infinidad de soluciones de gran utilidad para las personas. Yo pienso que si empezamos también a observar y analizar la memética, al combinar ambas decodificaciones, podremos obtener excelentes resultados que nos ayuden a comenzar a resolver los crucigramas de información vertical y horizontal de los cuales estamos compuestos, dejando de considerarlos como hasta ahora e intentándolos resolver cual si se tratase de una intrincada y desconcertante sopa de letras. Optimizando el funcionamiento de la simbiosis entre estos dos replicadores es posible que en el futuro no tengamos que lamentar que sólo sobreviva por aptitud el tan temido tercero… y de paso mientras tanto sacamos el mejor beneficio y vivimos algo más felices. Veamos y escuchemos que tiene para decirnos Susan Blackmore
Sobre estos temas.

saludos !

Juan Carlos
*para activar subtíutulos al pie de la pantalla
**para pantalla completa ángulo superior derecho de la pantalla



No hay comentarios: